Por lo general, cuando solemos pensar en los beneficios que tiene el pescado en nuestra salud se nos viene a la cabeza el pescado azul, el pescado blanco o el marisco, y tendemos a dejar fuera de la lista a los moluscos. Y estamos cometiendo, sin darnos cuenta, un gran error: los moluscos, como los berberechos, la sepia, las almejas o los mejillones, poseen las mismas -o incluso más- propiedades que el resto de fauna marina, ¿así que por qué no empezar a tomarlos más a menudo?
En concreto, los mejillones son uno de los alimentos más naturales y orgánicos que existen en la naturaleza, y tienen un alto contenido en vitaminas, aminoácidos y minerales. Es decir, que al contrario de lo que se podría pensar, son muy beneficiosos para la salud. Los mejillones son considerados por muchos como auténticas joyas gastronómicas, y por muy buenas razones. Mejoran el estado y calidad de la piel y los huesos, fortalecen el sistema inmune, ayudan a reparar tejidos e incluso pueden ser útiles para combatir trastornos mentales, entre otras muchas cosas. Tienen nutrientes relacionados con el estado de ánimo, pero no combaten la depresión. Es importante que no provengan de aguas contaminadas, ya que por el contrario, serían ricos en metales pesados. Su alto contenido en purinas los hace no recomendables para personas con acido úrico alto.
Hay varias especies de mejillones (rubio, mediterráneo, californiano, barbudo…) aunque todas ellas pueden vivir tanto en agua dulce o salada. Su carne es anaranjada (en el caso de las hembras), mientras que la del macho presenta una tonalidad amarillo-blanquecina. Los mejillones se encuentran principalmente en las zonas costeras poco profundas del mar o cerca de los bordes de los estanques y lagos, y como son tan fáciles de recolectar y encontrar, su consumo es muy común en los países europeos mediterráneos.
En el mercado podemos encontrar a los mejillones como marisco fresco (en ese caso están vivos y deberás hervirlos para que se abran en casa), pero también se comercializan en lata, en platos ya precocinados o incluso congelados. Sean como sean consumidos, sus propiedades no varían demasiado y son un alimento más que recomendado si quieres llevar una dieta variada y saludable. Estas son algunas de las propiedades de los mejillones que seguramente no conocías. ¿Necesitas más razones para incluirlos ya en tu dieta y empezar a comerlos?
Ricos en proteínas
Los mejillones son muy ricos en proteínas. Una taza de mejillones contiene casi 18 gramos de proteína, o lo que es lo mismo, el 30% de la cantidad diaria recomendada para una persona. Las proteínas ayudan a reparar tejidos dañados, a producir hormonas y a mantener la masa muscular en un buen estado.

Combaten la depresión
Los mejillones contienen una alta cantidad de vitamina B12, una sustancia que interviene en numerosas funciones corporales y psicológicas. Diversos estudios relacionan su consumo con una mejora del estado del ánimo y también de algunos trastornos mentales, como la depresión.

Refuerzan las defensas
Los mejillones estimulan la producción de glóbulos blancos debido a su contenido en vitamina A, por lo que indirectamente, contribuyen a restaurar huesos, a mantener la salud de las células y a reforzar el sistema de defensa del organismo.

Son antiinflamatorios
Los mejillones tienen más ácidos grasos omega-3 que cualquier otro marisco y mucho más que cualquier otra carne. Esta sustancia tiene propiedades antiinflamatorias, por lo que puede ayudar a combatir dolores relacionados con las articulaciones o los huesos.

Controlan la presión arterial
Una taza de mejillones contiene 429 microgramos de sodio, un mineral que el cuerpo necesita para funcionar correctamente, para controlar la presión arterial y el volumen sanguíneo.

Ricos en yodo
Como otros moluscos, los mejillones contienen yodo, un mineral beneficioso para el organismo que ayuda a regular el metabolismo, el nivel de energía y el correcto funcionamiento de las células.

Mejoran el aspecto de la piel
La vitamina C presente en estos moluscos participa en el mantenimiento de la piel. Como es un nutriente antioxidante, es esencial para mejorar el estado de la piel y prevenirla de los efectos del envejecimiento.

Previenen infecciones
Los mejillones también ofrecen beneficios para la salud debido a que contienen selenio, un nutriente que el cuerpo necesita para mantenerse sano. Esta sustancia es importante para proteger el cuerpo contra los daños causado por los radicales libres y las infecciones.

Bajos en grasa
Los mejillones apenas contienen grasa y solo aportan 61 calorías por cada 100 gramos, por lo que pueden hacerte bajar de peso si los incluyes en tu dieta.

Cuidan los huesos
La vitamina C sirve para la reparación y mantenimiento del cartílago, los huesos y los dientes, así como para curar heridas y ayudar a una más rápida cicatrización en caso de heridas. Los mejillones son recomendables para personas que sufran de dolor de articulaciones o de artritis.

¿Cómo preparar los mejillones?
Los mejillones son muy agradecidos y se pueden elaborar de muchas formas: al vapor, en escabeche, con una vinagreta de verduras, con una salsa de vino blanco... Así pueden ser un aperitivo sabroso, bajo en calorías y grasas y sobre todo, muy nutritivo. Si quieres utilizarlos en recetas más elaboradas, puedes incluirlo en ensaladas, utilizarlo para hacer cremas o servirlo con arroz o pasta. ¡Combinan muy bien!
