Desde los olivares de Andalucía hasta los campos de La Mancha, las huertas de Navarra o el bravo mar Cantábrico, por citar algunos, cada rincón de nuestra geografía aporta su propia joya culinaria.
No importa en qué región se resida, cada lugar tiene un patrimonio gastronómico único que merece cuantos elogios reciba. Son productos de una calidad y un sabor naturalmente excelentes que, cuando caen en manos expertas, además, se convierten en auténticos bocados de placer.
España es una tierra privilegiada en términos de diversidad geográfica, biodiversidad y condiciones climáticas, lo que le otorga una amplia variedad de productos típicos que no tienen parangón. Estos productos son el resultado de siglos de tradición, cuidadosa selección y dedicación por parte de agricultores, pescadores y productores artesanales en todo el país.
Su gran extensión de tierras fértiles se traduce en una variedad increíble de productos agrícolas, desde frutas y verduras hasta cereales y legumbres, cada uno con sus propias características únicas de sabor y textura.
Además, España tiene una extensa costa bañada por el mar Mediterráneo, el mar Cantábrico y el océano Atlántico. Un hábitat ideal para una gran variedad de especies marinas, incluyendo pescados, mariscos y crustáceos, que son fundamentales en nuestra dieta y cultura culinaria.

Otro aspecto que destaca es la rica tradición de la ganadería. Muchos de los productos típicos españoles son el resultado de técnicas de cría tradicionales que se han transmitido de generación en generación. Estas técnicas, combinadas con el clima y el suelo de cada región, dan como resultado productos de alta calidad y sabor excepcional.
El pimiento de Padrón y otros productos no elaborados típicos de España
Azafrán (Castilla-La Mancha)

El azafrán español, especialmente el de La Mancha, es altamente valorado por su aroma, sabor y color. Se cultiva de forma tradicional y requiere un cuidado meticuloso en su recolección, que se realiza entre finales de octubre y principios de noviembre.
Es uno de los condimentos más caros del mundo (¡entre 10 y 18 euros el gramo!) y se utiliza para dar sabor y color a una amplia variedad de platos, desde arroces hasta guisos y postres.
Guisante de lágrima (Getaria)

De sabor dulce y delicado, estos pequeños guisantes verdes se cultivan en la región vasca de Getaria (Guipúzcoa), en un enclave templado, húmedo e ideal para estas legumbres.
Se cosechan a mano, lo que garantiza su frescura y calidad. Son apreciados por su textura tierna y su sabor pronunciado y se utilizan en una gran variedad de platos, desde ensaladas hasta guisos y sopas. Pueden llegar a pagarse hasta 350 euros por un solo kilo.
Alcachofa (Tudela)

Estas alcachofas, cultivadas en la región de Navarra, son famosas por su ternura y sabor delicado. Cuentan con la identificación geográfica protegida (IGP) y se caracterizan por sus hojas tiernas y corazones carnudos.
Son un ingrediente versátil en la cocina española y, además de asarlas u hornearlas, se utilizan en sopas, ensaladas o guisos. Eso sí, solo las encontrarás entre los meses de diciembre y mayo.
Melocotón (Calanda)

Originarios de la comarca de Calanda en Aragón, estos melocotones con denominación de origen protegida son conocidos por su dulzura y aroma intensos.
Se embolsan en el árbol, para que maduren protegidos, y se caracterizan por su piel aterciopelada y su carne jugosa y perfumada. Son muy apreciados en la repostería española, especialmente en postres como la tarta de melocotón o el melocotón en almíbar.
Ajo (Las Pedroñeras)

Cultivado en la provincia de Cuenca, en Castilla-La Mancha, es famoso por su color morado, su tamaño, sabor y aroma intensos. Se caracteriza por su piel blanca y sus dientes grandes y carnosos, además de su buena conservación.
Es un ingrediente fundamental en la cocina española y se utiliza en una amplia variedad de platos, desde sofritos hasta salsas y aliños. Por su calidad reconocida, es la única variedad de ajo en nuestro país con el distintivo IGP.
Pimiento (Padrón)

Estos pequeños pimientos verdes son una variedad que se caracteriza por su sabor suave y ligeramente amargo, aunque algunos pueden ser picantes, algo que nunca sabrás hasta que no los pruebes (de ahí el conocidísimo “unos pican, outros non”).
Se suelen freír en aceite de oliva y servir como tapa, acompañados de sal gruesa o como acompañamiento. Su sabor distintivo los hace únicos.
‘Mongeta de ganxet’ (Cataluña)

Esta alubia es un tipo de judía blanca muy apreciada por su piel fina y su textura mantecosa. De forma alargada y sabor suave y delicado, se mantiene entera después de cocinarla incluso horas. Es muy versátil y se utiliza en gran cantidad de recetas, desde ensaladas a platos principales (estofadas con bacalao o almejas, en crema, salteadas con ajo y perejil…).