Dieta blanda: ¿qué es y qué alimentos se pueden comer?

La dieta blanda se basa en alimentos libres de grasas, ácidos y fibra, que no exijan grandes esfuerzos al sistema digestivo.
Dieta blanda

La dieta blanda se recomienda cuando el sistema digestivo necesita recuperarse tras una enfermedad o dolencia. Por ejemplo, después de haber pasado una gastroenteritis, una infección vírica o un episodio de diarrea. También es habitual recurrir a ella durante el posoperatorio o como parte de un proceso de adaptación tras sufrir intolerancia a ciertos alimentos.

El término 'dieta blanda' puede llevar a confusión, y es que no se trata de ingerir necesariamente alimentos blandos. Se trata de una dieta que busca proteger al estómago para que este trabaje lo menos posible y pueda recuperar su funcionamiento normal. Para ello se busca reducir al mínimo los residuos, que son los que estimulan el sistema gastrointestinal y pueden generar molestias. Esto se consigue eliminando de la dieta ciertos alimentos.

Se trata de un plan de alimentación que tiene una duración corta, de dos a tres días. Después, progresivamente se irán introduciendo alimentos de la dieta normal. Mientras dure, así debería ser una dieta blanda:

¿Cómo debe ser la alimentación en una dieta blanda?

En una dieta blanda, también conocida como "dieta de protección gástrica", se deben restringir los alimentos irritantes, picantes, ricos en fibra o condimentados en exceso. Además, se recomienda que los alimentos estén tibios y cocinados con poca sal. En cuanto a las formas de preparación, se recomienda optar por lo sencillo: cocidos, hervidos o asados a la parrilla, evitando los alimentos fritos. Tampoco se recomienda el consumo de salsas.

Los expertos aconsejan comer varias veces al día y en poca cantidad, tratando siempre de masticar bien los alimentos y comer despacio para facilitar al máximo la digestión. De este modo, evitamos tragar aire y, con ello, la formación de gases.

Los alimentos que componen la dieta blanda

Recomendamos en