Lavar la fruta antes de comerla es realmente importante, pero también conviene hacerlo de forma correcta para evitar que la fruta pierda sus propiedades. En el caso de los frutos rojos, conviene lavarlos de una forma determinada para que puedas disfrutarlos al cien por cien. Hoy te enseñamos cómo puedes hacerlo.
Lavar la fruta es esencial para poder disfrutar de ella de forma segura. Lavando la fruta antes de comerla, eliminamos los restos de pesticidas y venenos que hayan podido utilizarse en su proceso de producción y además nos aseguramos de que no contenga restos de tierra o polvo. Lavar correctamente la fruta es necesario también para eliminar los posibles microorganismos que haya adheridos a ella. También es importante frotarlas bien con las manos o con un cepillo suave. Con un lavado antes de comerlos, prevendremos que estas bacterias se transfieran a la piel o la pulpa de la fruta que vamos a consumir.
Los frutos rojos son uno de los tipos de fruta más beneficiosos. Cuando hablamos de frutos rojos, nos referimos generalmente a las fresas, arándanos, cerezas, frambuesas, ciruelas y cerezas. Hay muchos motivos por los que deberíamos incluir los frutos rojos en nuestra dieta: son antioxidantes, tienen una gran cantidad de vitaminas y nutrientes y poseen una gran cantidad de flavonoides. Pero, pese a todos estos beneficios, también tienden a acumular gran cantidad de bacterias dañinas, por lo que aprender a lavarlos correctamente es muy importante.
El vinagre es un alimento conocido por sus propiedades desinfectantes, por lo que puede ser uno de nuestros mejores aliados en la tarea de lavar correctamente nuestros frutos rojos. Si quieres asegurarte de que tus frutos rojos no tienen ninguna bacteria, sumérgelos en una mezcla de tres partes de agua y una de vinagre. Es importante que cuando hagas esto, no retires los tallos de la fruta para que también se desinfecten correctamente. Basta con que dejes tus frutos rojos sumergidos en la mezcla durante diez minutos para que se eliminen todas las bacterias. Una vez que haya pasado este tiempo, lávalos bien con agua para eliminar los posibles restos de vinagre y sécalos bien con una servilleta para que duren más tiempo.
Como hemos mencionado anteriormente, los frutos rojos tienden a acumular una gran cantidad de bacterias en su piel, que hace que se pongan en mal estado más rápidamente. Para evitar que nuestros frutos rojos se echen a perder antes de consumirlos, es importante que los lavemos justo antes de consumirlos, ya que la humedad y el moho pueden contribuir a que su estado empeore antes de lo que debería y si los guardamos mojados en la nevera, seguramente su piel se poche con más facilidad.
Otro truco para lavar nuestros frutos rojos es que a la hora de enjuagar el vinagre, utilicemos agua fría. El agua fría contribuye a mantener la textura tersa de la piel de los frutos rojos y ayudará a que tengamos una mejor experiencia tomándolos ya que aumentará la sensación de hidratación y frescura que sentimos al comerlos. Cuando los laves, pon tus frutos secos en un colador y asegúrate de que el agua fría no sale con demasiada presión: el agua saliendo demasiado fuerte podría dañar la piel de tus frutos rojos.
El último paso del lavado de tus frutos rojos es el secado. Para ello, conviene que utilices una servilleta o un trozo de papel de cocina: cuanto más absorbente, mejor. Coloca las frutas encima de las servilletas y muévelas con delicadeza hasta que no queden restos de agua y...¡listas para comer!