Dolor de estómago, ardores, hinchazón o gases son síntomas de una mala digestión, cuando no evidencian algún problema mayor que deberías consultar con tu médico. Nuestro sistema digestivo no digiere todos los alimentos del mismo modo, y es que hay algunos que por su propia composición le entorpecen la tarea. Tan importante es el tipo de alimentos que ingerimos como la cantidad de los mismos, pues una comida copiosa tampoco es la mejor opción si queremos una digestión ligera.
Además, tenemos que tener en cuenta que son muchos los factores que puedes condicionar la digestión más allá de la alimentación (ejercicio físico, estrés, factores hormonales, etc.).
Cada vez son más las personas que sufren algún problema de estómago, lo cual es debido a la alimentación que llevamos hoy en día y también al consumo de comida demasiado grasa o poco saludable (entre otras cosas). Cuando tomamos alimentos considerados fácilmente digeribles le ponemos fácil el trabajo a nuestro sistema digestivo y nuestra salud en general nos lo agradecerá. También es ideal tener estos alimentos en cuenta en episodios de gastroenteritis, diarrea o vómitos, cuando el médico nos prescribe dieta blanda.
Hay alimentos considerados saludables que no son nada bien recibidos por nuestro estómago, especialmente entre aquellos que tienen problemas digestivos. Nos referimos a verduras como la lechuga, que suele provocar gases, o el brócoli y la coliflor que pueden resultar bastante indigestos. Otros alimentos de nuestro día a día como el café que tomamos por las mañanas tampoco son lo mejor cuando se trata de disfrutar de una digestión ligera. El problema de esta bebida es que estimula la producción de ácidos en el estómago, algo que puede provocar indigestión e irritación.
También es importante cuidar el momento de la ingesta: masticar de forma pausada y tomando conciencia del momento presente, del acto de comer, pueden ayudarnos a tener una mejor digestión. Si la ingesta se realiza con estrés, rápida y mientras realizas otra actividad o cuando estás muy cansada, influye negativamente en el sistema digestivo y provoca malestar estomacal. De hecho, se ha comprobado que el estado de ánimo influye de forma directa en la asimilación de sustancias. El disgusto o la ansiedad hace que las enzimas digestivas se vuelvan lentas.
A continuación te contamos cuáles son los 6 alimentos que pueden provocar peores digestiones. ¡Toma nota!
Café
No hay nada más reconfortante por la mañana que una taza de café. Sin embargo, para aquellos que sufren problemas digestivos puede ser una verdadera pesadilla, pues la cafeína estimula la producción de ácidos en el estómago, lo que puede provocar acidez y molestias digestivas. Aquí te proponemos algunas alternativas.

Comida rápida
La grasa y aditivos que contiene la comida rápida es más difícil de descomponer, lo cual da lugar a digestiones pesadas. Tampoco son precisamente buenas para nuestra salud, así que lo mejor es consumirla en ocasiones puntuales.

Conservas de pescado
Las conservas en aceite nos solucionan una cena en cuestión de segundos, pero nuestro estómago puede sufrir las consecuencias. Este tipo de alimentos suelen venir en líquidos de cobertura grasos, que hacen que nos cueste más digerirlos, lo cual nos causa pesadez estomacal, gases o hinchazón abdominal.

Leche y derivados
Los lácteos son ricos en calcio, mineral con tienen propiedades beneficiosas para el organismo. Sin embargo, son muchas las personas que presentan intolerancia a la lactosa y sufren problemas estomacales al consumirlos. Ahora bien, no es necesario ser intolerante para sufrir problemas estomacales al consumir lácteos como el queso o la leche de vaca, por lo que se recomienda moderación en su consumo.

Huevo en tortilla
La tortilla de patatas está deliciosa, pero hay personas a las que puede resultarles indigesta. El problema se encuentra en la yema, pues está cuajada y por tanto, es más difícil de asimilar. Con el huevo duro pasa exactamente lo mismo, por lo que siempre es más aconsejable consumir este alimento pasado por agua o escalfado.

Zumo de naranja
El zumo de naranja es bastante indigesto. El ácido que contiene irrita la pared del estómago, lo que lleva a la aparición de acidez y reflujo. Además, la naranja estimula el vaciamiento brusco de la vesícula biliar, que puede dar lugar a malestar estomacal, pesadez o náuseas.
