El arroz es uno de los platos más recurrentes de nuestra gastronomía y a nivel global, ya sea para una comida sencilla como guarnición de carnes, pescados y verduras o como plato estrella: una paella, un rico risotto o arroz caldoso con langostinos o marisco. Lo cierto es que a nadie se le han escapado las numerosas propiedades que tiene este alimento que ha conquistado a medio mundo y que forma parte de nuestra dieta habitual.
El arroz es una gran fuente de energía y tiene un alto valor nutritivo gracias a las vitaminas que posee y a sus hidratos de carbono, procedentes del almidón. Entre sus vitaminas más destacadas se encuentra la vitamina D o la tiamina. Incluso para las personas con problemas de huesos, el silicio que tiene el arroz le aportará beneficios y ayuda a combatir la osteoporosis y la artrosis.
Además de todos estos beneficios, el arroz es un producto bajo en sodio, lo que permite que las personas con hipertensión puedan consumirlo y les resulte favorable.
Entre los platos donde el arroz es el protagonista destaca la paella, cuya popularidad ha derivado en más de una discusión culinaria sobre cuáles son sus auténticos ingredientes; o el risotto italiano, una receta que como todas las que se expanden por el mundo ha sido alterada en función de los gustos de cada país. Fuera de nuestras fronteras, en países como Tailandia, China o Vietnam, el arroz constituye una base esencial en la alimentación del día a día de la población.
Aunque en España sea muy popular, siempre se cometen errores que lo convierten en un plato soso o mal cocinado. Entre los más frecuentes se encuentran añadir poco agua, remover mucho, no condimentar lo suficiente o no tener en cuenta la variedad del arroz dependiendo del plato que queramos preparar, entre otros. A continuación te contamos los errores que puedes estar cometiendo cuando cocinas este plato tan socorrido y que impiden preparar un arroz de diez.
No leer las instrucciones
Cada tipo de arroz tiene una forma distinta de cocinarse, tanto por el tiempo de cocción como por la cantidad de agua que requiere. Por eso es muy importante que leas las instrucciones del paquete de arroz
No acertar con la cantidad de agua
Si al cocinar el arroz no añades la suficiente agua quedará duro y, probablemente, se te pegará al fondo de la cazuela. Ni mucho ni poco. Añadir demasiada agua conlleva que tu arroz quede demasiado blando y sin sabor. Las cantidades perfectas en la mayoría de variedades son tres partes de líquido por una de arroz.
Interrumpir la cocción
Es mejor no interrumpir la cocción de tu arroz. Si paras el fuego lo que consigues es que el vapor y el calor escapen, consiguiendo una textura blanda, muy parecida a la del risotto.
¿Tapado o sin tapar?
Esta es una de las grandes preguntas que se hacen al preparar arroz. Y uno de los grandes errores al empezar a cocinar este ingrediente. Y es que puede ser un error cocinarlo tapado o sin tapar... Todo dependerá de qué plato se vaya a preparar. Si se trata de un arroz seco, cocinado en paella, hay que hacerlo todo el rato sin tapar. Sin embargo a la hora de preparar un arroz blanco, lo mejor es hacerlo tapado.
Remover mucho
Cada vez que movemos el arroz este suelta almidón, lo que deriva en un plato pastoso y muy blando, lejos del arroz seco que buscas. Por eso lo idóneo es no moverlo demasiado, al menos que queramos hacer un risotto y conseguir ese resultado.
Cocinar a fuego fuerte todo el tiempo
Este es un error muy frecuente a la hora de cocinar el arroz. Lo ideal es que el líquido cueza en todo momento. Para ello es importante empezar a fuego algo más vivo y, transcurridos los 5 primeros minutos, bajar la intensidad de calor y cocinarlo a fuego medio - bajo. Eso sí, es clave que el caldo hierva durante todo el proceso.
No condimentar
No hay cosa peor que un arroz soso sin condimentar. Por eso lo ideal es que no te cortes con las especias o con otros ingredientes que hagan la diferencia entre un arroz sabroso y un arroz hervido.
No elegir el recipiente adecuado
Siempre hay que elegir el cazo o la cazuela acorde a la cantidad de arroz que vayamos a cocinar. También hay que tener en cuenta otros factores como los años de la cazuela, ya que si es muy vieja lo más seguro es que tu arroz se pegue al fondo.
Lavar mucho el arroz
Aunque hay que lavar algunos arroces, como el Basmati, lavar un arroz con el que vayas a cocinar una paella o similar es un crimen.
No tener en cuenta la variedad
A cada plato le corresponde una variedad diferente de arroz. Hay arroces que sientan mejor a un plato caldoso de la misma manera que hay un arroz especial para sushi o arroz basmati para platos secos. No se te ocurra hacer un arroz en paella y usar un arroz largo. Va a ser un desastre seguro.
Ignorar la edad del arroz
Siempre hay que tener en cuenta cuándo hemos abierto el paquete de arroz. Aunque no hay que desechar este producto, el resultado puede variar y quedará más seco. Por eso si es arroz viejo hay que añadir más agua de la habitual.
Recalentarlo
Algunos arroces hay que consumirlos el mismo día que se cocinan, ya que luego cambia su textura y sabor. Otros como el arroz blanco se puede recalentar, pero en una sartén y no en el microondas.
No dejar reposar
El arroz siempre hay que dejarlo reposar cinco minutos tras apagar el fuego ¿El motivo? Si lo dejas reposar los granos se soltarán y no quedarán apelmazados.
Añadir el caldo frío
Si vas a hacer tu arroz con caldo, nunca lo añadas frío. En unos casos el caldo tiene que estar caliente y en otros hirviendo, pero nunca frío.
