Con la llegada del verano y el calor, además de buscar lugares de la ciudad donde poder respirar un poco de frescura, también se busca encontrar un oasis donde poder beber una bebida refrescante en un kiosko. La horchata es una de las bebidas más esperadas de la temporada de primavera y verano que se vuelve muy popular. Se trata de una elaboración artesanal donde la chufa es la base. Originalmente, es de la Comunidad Valenciana, pero su consumo se ha propagado por todas partes de España. Hoy en día, la horchata es una bebida que implica tradición, frescura y sabor natural. Aunque podamos encontrarla en supermercados y heladerías, todavía puedes disfrutar de un lugar donde tiene el mismo sabor desde hace más de 80 años.
Es en un kiosko de la capital española donde puedes probar lo que se hacía hace más de 80 años en verano: vender bebidas artesanales. De hecho, la horchata de este lugar compita directamente con las colas en este supermercado por los 8 nuevos sabores de helados y alternativas saludables baratísimas que están triunfando.
Narváez, el único quiosco que queda en toda España que vende horchata hecha del día
En pleno centro de Madrid, existe un kiosko único donde se puede disfrutar de la bebida de horchata como antes, solo en verano. Se llama el Kiosko de Narváez y su origen se remonta a 1944, cuando la ciudad estaba llena de "aguaduchos", negocios de bebidas frescas. Es un establecimiento como el de los kioskos de toda la vida, pero del siglo pasado. Aquí, la horchata se elabora cada verano de forma artesanal. No lleva conservantes ni aditivos, con chufa de Valencia y siguiendo la receta original que conserva el sabor y la textura.
A diferencia de las versiones industriales, la del Kiosko de Narváez se muele, prensa y enfría diariamente. Así, garantizan una frescura insuperable. Su sabor es más denso, menos dulce y mucho más auténtico, transportando a quienes la prueban a los veranos de su infancia o a las plazas del Levante.
Este kiosko, ubicado en el barrio de Salamanca, se ha convertido en un rincón de culto para los amantes de esta bebida. Conservar esta forma de elaboración artesanal en una gran ciudad como Madrid lo convierte en un tesoro gastronómico. Visitar el Kiosko de Narváez no es solo refrescarse: es participar de una experiencia cultural y sensorial única en toda España.
También venden agua de cebada y granizado de limón
En la actualidad, puedes comprar en este kiosko, de la familia Guilabert, todo tipo de bebidas como refrescos, aunque las tres bebidas estrellas del verano son las que marcan la diferencia. Una de ellas es la horchata, pero además, venden el clásico granizado de limón y el agua de cebada. La segunda se trata de un refresco que se bebía en Madrid hace 100 años y que hoy está en peligro de extinción. Es de los productos que tiene menos vendidos, pero es un clásico al que no quieren dejar a un lado, porque se trata de un símbolo de tradición e historia.
Esta bebida tan sencilla y fácil de preparar es una de las que ofrecen a los viandantes que pasan por la calle Narváez, 8. Al producir estas bebidas, tal y como se hacía desde su origen, es una manera de seguir con la tradición de vender las bebidas más refrescantes del verano, temporada tras temporada.
