La menopausia sigue siendo una etapa que las mujeres visualizamos como oscura y llena de cambios negativos. A pesar de que se ha avanzado mucho y el actual acceso a la información es más asequible que nunca, siguen existiendo mitos y tabús que pesan más de lo que debería, sobre todo si hablamos de sexo.
En este aspecto, hay datos que son irrefutables, como los cambios físicos y emocionales por los que pasa la mujer al llegar a cierta edad. La caída de estrógenos no solo provoca la retirada de la menstruación, lo que marca el final de la edad reproductiva.
También tiene otros efectos secundarios que afectan tanto en el plano físico como en el emocional. En algunos casos, estos dos mundos se unen provocando una bola que va engordando y que puede ser complicada de digerir.
Por ejemplo, a partir de los 50, es fácil ganar peso y que la grasa se acumule en ciertos lugares, como el abdomen. Esto conlleva que la mujer pueda sentirse menos atractiva y que, por lo tanto, pierda seguridad en sí misma.
Problemas con solución

Al hablar del plano más íntimo, hay ciertos aspectos que cambian la forma que teníamos de ver el sexo. La falta de lubricación es uno de los mayores problemas, pero también uno de los más sencillos de solucionar.
Aunque bien es cierto que esto deriva en un coito doloroso o incómodo y que, a su vez, se traduce en una pérdida de interés por el sexo, tomarse más tiempo para la estimulación y utilizar geles lubricantes cambiará por completo la situación.
Por otro lado, también se debe tener en cuenta la pérdida del tono muscular del suelo pélvico, lo que, junto a la sequedad vaginal, hace que las contracciones que se producen durante el orgasmo sean menos intensas y duraderas.
En este caso, se vuelve imprescindible trabajar en fortalecer el suelo pélvico. Algo de lo que se habla mucho, pero en lo que pocas mujeres trabajan.
Respuestas de experta
Tras años trabajando junto a mujeres en edad de menopausia, Ana Lombardía, psicóloga y experta en bienestar y salud sexual de Womanizer, nos desvela cuáles son las preguntas que más se repiten en su consulta.
¿La menopausia marca el fin de mi vida sexual?

Esta es una creencia bastante extendida y la verdad es que no tiene nada de cierto. Es posible que la vida sexual cambie, pero puede ser igualmente rica.
De hecho, muchas mujeres, a partir de la menopausia, es cuando le dan un vuelco a su vida sexual y empiezan a disfrutar de otra manera, llegando a ser más intensa.
Esto ocurre porque empiezan a priorizarse, a ponerse en valor, a darle más importancia a sus deseos y no tanto a los de su pareja.
En la mayoría de los casos, la pregunta está más relacionada con la libido y el deseo sexual que con el hecho de poder seguir manteniendo relaciones. Saben que esto es posible y viable, la preocupación se centra más en el apetito sexual.
¿Puedo seguir sintiendo placer?

Muy relacionada con la pregunta anterior. Las dudas sobre si van a perder sensibilidad o directamente dejar de disfrutar de orgasmos es mucho más frecuente de lo que creemos.
Es cierto que hay muchos cambios (tanto físicos como hormonales) que afectan, pero eso no quiere decir que dejemos de sentir. El placer es para toda la vida y se puede experimentar igual.
Todos esos cambios, que son fruto de la descompensación hormonal, como puede ser la sequedad vaginal, tienen una solución, en muchos casos, muy sencilla. Por eso, pensar que se va a dejar de sentir placer es solo fruto de una desinformación.
¿Dejaré de ser atractiva?

Aquí hay que diferenciar entre dejar de verte atractiva y creer que ya no eres atractiva para el resto y esto implica que muchas veces se deja de entrar en los cánones estéticos imperantes, por eso, muchas mujeres se sienten invisibles y que no encajan en esa sociedad.
Cuando tratas el problema de forma individual, se aprecia que es un problema de autoestima que suele ir más allá de la sexualidad, aunque suelen ser las relaciones íntimas el tema que más se esconde y, por lo tanto, al que no se le llega a poner solución.
Aunque los tabús sobre la menopausia se han ido rompiendo, aún quedan muchos aspectos que siguen rondando en la cabeza de esas mujeres que asocian la retirada del período al “soy una anciana”.
La esperanza de vida y los conocimientos que hay sobre salud y ciencia hacen que sea incomparable la mujer de cincuenta años de hoy con la de cincuenta años de una generación anterior. Las mujeres de esa edad hoy trabajan, salen con sus amigas, viajan, están en forman y toman sus propias decisiones. Cada vez se avanza más en diferentes terrenos y el plano sexual no debe quedarse atrás.
Los cambios físicos, la jubilación, los primeros achaques... son pequeñas gotas que pueden colmar el vaso y rebajar la autoestima y esto es algo en lo que hay que trabajar antes de que sea un problema que afecte a la calidad de vida de estas mujeres.
Es cierto que se cierra una etapa, pero eso no significa que la siguiente tenga que ser peor o con deficiencias notables. En estos casos, el tratamiento va dirigido a acabar con complejos y miedos.
¿En qué momento debo acudir a un especialista?

En el momento en el que se comienza a generar un malestar que no eres capaz de resolver por ti misma. Pero no siempre hay que esperar a sentirse mal, simplemente, cuando se tienen dudas, es aconsejable acudir a un especialista para que las solucione y evites llegar a otra fase en la que ya sí hay malas sensaciones. La forma de prevenir es, simplemente, hablar e informarse.