Mérida, la capital extremeña sigue brillando como lo hizo hace dos mil años, cuando, bajo el nombre de Emerita Augusta, fue una de las ciudades más importantes del Imperio Romano. Su rico patrimonio y su excelente gastronomía son las excusas perfectas para reservar unos días y conocerla en profundidad.
Tanto en el centro como en las afueras los restos arqueológicos son numerosos e impresionantes, tanto por sus dimensiones, como el estado de conservación o el valor histórico. Un buen ejemplo es el Acueducto de Los Milagros.
Museo nacional de Arte Romano

Diseñado por Rafael Moneo, este magnífico edificio alberga una colección de impresionante valor, revelando la magnitud del poder que ostentaba la ciudad en la época romana.
Durante su recorrido es fácil profundizar en esta parte de nuestra historia, lo que luego ayudará a apreciar otras construcciones notables en la ciudad, como el circo, el acueducto o el puente romano.
La visita no solo ofrece una visión fascinante del pasado, sino que también sirve como punto de partida para valorar la riqueza arquitectónica que caracteriza a Mérida.
Teatro Romano

Mención aparte merece el fabuloso teatro de la época romana. Al contrario de lo que ocurre cuando se visitan otras ruinas históricas, en esta ocasión no hace falta tirar de imaginación para hacerse una idea de cómo pudo haber sido este edificio en el pasado.
Su estado de conservación es tan excelente que el teatro de Mérida sigue siendo un lugar de encuentro con la cultura cada temporada. De hecho, su acústica aún sorprende a los asistentes. A su lado, encontramos el Anfiteatro, lugar en el que hasta 15.000 personas disfrutaban de los combates de gladiadores.
Templo de Diana

Escondido entre las callejuelas de la ciudad encontramos el que ha sido el único edificio religioso romano que ha perdurado en Mérida. A su lado se construyó el Palacio del Conde los Corbos, edificio que aseguró su conservación y que hoy en día alberga un centro de interpretación para conocer más detalles sobre el templo, que, a pesar de su nombre, estaba dedicado al culto imperial y no a la diosa Diana.
Gracias a estudios recientes, también se sabe que el templo formaba parte del foro, lugar de encuentro romano. Algo que no ha cambiado, ya que esta plaza sigue siendo una de las más concurridas de la ciudad.
Casa del Mitreo

Una vez hemos conocido como era la vida social de los romanos, solo nos falta meternos en una casa y esto es posible visitando la casa del Mitreo. Se trata de una casa señorial de la época de la que nos ha llegado parte de su decoración, en concreto pinturas y mosaicos, que son una auténtica maravilla.
Reino del ibérico
La gastronomía de Mérida es otro buen motivo para visitarla. Al igual que el resto de Extremadura, aquí sus exquisitos embutidos son los reyes junto a los quesos con nombre propio como la torta de Casar o de la Serena. Además, su cercanía a Portugal se aprecia en platos con ingredientes tan típicos de allí como el bacalao.