El reciente decreto aprobado por el gobierno marca un hito en la mejora de la alimentación saludable de los estudiantes en España. Se trata del Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles, que afecta a todos los centros educativos de todo el país. En él se busca asegurar que los niños reciban cinco comidas saludables cada semana. Esta medida no solo se aplicará en colegios públicos, sino también en los concertados y privados. Así se garantiza una alimentación equilibrada para todos los estudiantes sin importar su situación económica. El objetivo principal es combatir la desigualdad nutricional que, según estudios recientes, afecta a los niños de familias con menos recursos. Con esta iniciativa, se pretende que todos los menores tengan acceso a una dieta variada y nutritiva, fomentando hábitos que puedan mantener a lo largo de sus vidas.
Ha sido el pasado 15 de abril cuando en Consejo de Ministros aprobó una medida para impulsar la alimentación saludable y equilibrada. Esta se centra en la nutrición de todos los centros educativos, públicos, concertados y privados, de España. De esta forma se buscan reducir problemas que afectan de primera mano a la población estudiantil y, al mismo tiempo, asegurar el acceso en igualdad de condiciones a la comida saludable.
Adiós a los ultraprocesados en lugares donde se enseña

A pesar de que un estudio revela que más de la mitad de los españoles han eliminado los alimentos ultraprocesados de su dieta, todavía hay mucho trabajo por hacer. El decreto también establece medidas estrictas para reducir el consumo de alimentos ultraprocesados y azucarados en los comedores escolares. Se eliminarán las bebidas azucaradas y energéticas, así como la bollería industrial, de las máquinas expendedoras y cafeterías de los centros. La normativa busca que las comidas y la alimentación sean más saludables. Se promoverá el consumo de frutas y verduras diarias, y aumentando la presencia de legumbres y pescado en los menús escolares.
Además, se estipula que al menos una vez a la semana se sirva pescado. También que se ofrezcan raciones de arroz o pasta integral, así como pan integral. Las frituras, cuando se sirvan, deberán ser preparadas de manera artesanal y con aceites saludables como el de oliva o girasol alto oleico. Esta medida afecta a los centros donde se imparte la educación obligatoria y también el bachillerato y los centros formativos.
Fomento de la producción local y ecológica
La normativa no solo se centra en la salud de los estudiantes, sino también en la sostenibilidad. Se ha dispuesto que al menos el 45% de las frutas y verduras servidas sean de temporada, apoyando así a los productores locales. Además, se establece que un porcentaje de los alimentos provenga de la producción ecológica, promoviendo un entorno más sostenible y responsable.

Esta medida es parte de un esfuerzo más amplio por parte del gobierno para integrar prácticas sostenibles en todos los aspectos de la vida diaria, comenzando por la educación de los más jóvenes. Ya ha habido pruebas de esta forma de producir la comida de los comedores. Los beneficios de esta propuesta en diversas experiencias que están en marcha con gran éxito en diferentes lugares del país. El proyecto Ecocomedores en Islas Canarias o el proyecto Horta Cuina en la Comunidad Valenciana.
Impacto en la educación y el bienestar

El impacto de esta normativa va más allá de la simple alimentación. Al garantizar que los niños tengan acceso a comidas saludables, se está invirtiendo en su bienestar físico y mental. Una buena alimentación está directamente relacionada con un mejor rendimiento académico y un desarrollo emocional positivo.
Además, al involucrar a los niños en la comprensión de la importancia de una dieta equilibrada, se les está brindando herramientas que les ayudarán a tomar decisiones informadas sobre su salud en el futuro. Este enfoque integral en la educación alimentaria es un paso crucial hacia un futuro más saludable para todos.