Ay, el edamame, esas vainas de soja inmaduras que se han convertido en un best seller en los supermercados (y quizá el movimiento realfooder ha tenido algo de culpa). ¿Quién iba a imaginarse que en Mercadona se quedarían sin existencias debido al innegable éxito de este producto? Resulta que estas vainas de tono verde intenso tan parecidas a ‘nuestras’ judías y guisantes son un snack natural que ha alcanzado gran popularidad por la gran cantidad de beneficios que tiene para nuestra salud.
Destaca, por ejemplo, su poder antiinflamatorio, su alta capacidad saciante (que le convierte en una opción perfecta para picar entre horas), son una importante fuente de proteínas y minerales y favorece el funcionamiento del sistema inmunitario y cardiovascular. ¿Necesitas más motivos para animarte a probar este producto? Si es que aún no lo has hecho ya, claro.

¿Cómo comprar el edamame?
Este producto llega a nuestra manos (y estómagos) desde Asia, pero sí o sí atraviesan siempre el proceso de congelación. Es una materia prima bastante delicada cuya vida útil es muy corta, así que la manera ideal de sacarle provecho y comercializarla es mediante el congelado. Esto también nos viene bien como compradoras, ya que tener edamames congelados en casa nos permitirá disfrutar de ellos en cualquier momento. Eso sí, ten en cuenta que, como ocurre con otros alimentos, una vez descongeladas no podrás volver a congelarlas.
Son muchos los hipermercados que cuentan con edamame congelado entre sus productos (Mercadona o El Corte Inglés, por poner un ejemplo). Puedes encontrarlo, dependiendo del lugar, en vaina completa, crudo, precocido… También puedes conseguirlo en tiendas especializadas en comida asiática.
¿Y cómo lo preparo?
Otra de las ventajas de este alimento es que también es apto para las personas más perezosas en lo que a cocina se refiere. Puedes cocinar tu edamame cociéndolo al vapor o en agua, tú eliges. El más sencillo es optar por el primero, pero todo depende de tus preferencias.
Y si eres ‘doña prisas’ tranquila, que su proceso de cocinado es ultrarápido y en menos de 5 minutos los tendrás listos. Pon una cazuela al fuego con abundante agua y cuando ésta haya alcanzado el punto de ebullición, añade las vainas y deja que se hagan de 3 a 5 minutos. Pasado este tiempo, escúrrelas rápido y enfríalas con agua fría (o con hielo, si lo prefieres).
Ahora solo queda disfrutarlas. Puedes comerlas directamente de la vaina (¡pero no te la comas!) con una pizca de sal y un poquito de pimentón picante, o con un poco de salsa de soja. Además, ya te adelantamos que es un aperitivo infalible y que suele arrasar en cualquier reunión con amigos. Otra opción es desenvainarlas y añadir a otros platos. Por ejemplo, puedes agregarlo a una ensalada de quinoa, a salteados, arroces (a más de una se le ha ocurrido echarlo en la paella), e incluso puedes hacer hummus con él. Las posibilidades, como ves, son muchas y todo depende de cómo te apetezca consumir uno de los alimentos de moda.