¡Busca la buena energía!
La milenaria técnica del Feng shui te enseña cuál es la dirección en la que debes poner la cabecera de tu cama en función de lo que quieras conseguir: Norte, Noreste, Sur, Sureste, Suroeste, Noroeste u Oeste.
Se trata de buscar la zona de la habitación en la que haya mejor energía. Este cambio, en última instancia, afectará a toda tu vida. Descubre dirección que mejor se adapte a sus necesidades.

Con el cabecero mirando al Norte
Esta dirección aumenta la relajación, la paz mental, la tranquilidad y la espiritualidad. Ayuda a tener sueños placenteros porque se eliminan la preocupaciones, de modo que repercute muy directamente en el resto de nuestra vida que se calma.
Conseguiremos vivir sin estrés, a un ritmo más lento. Es la posición perfecta para los que tienen problemas para dormir (insomnio, sueño ligero, pesadillas…).

Con el cabecero mirando al noreste
En esta dirección conseguimos un sueño muy activo debido a lo que se llama energía de 'perforación'.
Estaremos casi permanente en la fase de sueño REM, es decir, en la que se producen los sueños.
Esto quiere decir que no es la posición de cama ideal para tener un buen sueño, tranquilo y sereno.

Con el cabecero mirando al Este
Con esta orientación captamos la energía de la acción y el optimismo. Nos recuperamos del cansancio más rápidamente de modo que nos levantamos muy activos.
Poner la cama en esta dirección nos proporciona una sensación de renovación y novedad. Sentimos que cada día es un nuevo día lleno de oportunidades.
Es perfecta para gente muy productiva (o que quiera serlo) y para los que llevan un estilo de vida muy ambicioso.

Con el cabecero mirando al Sureste
Esta posición del cabecero también ayuda en el crecimiento y el estilo de vida productivo, pero en tono más sutil.
Esta dirección ayuda a aumentar la creatividad y mejorar la comunicación. Puede ser ideal para los artistas o los que trabajen con la creatividad. Seguramente se levanten con buenas ideas en la cabeza generadas durante el sueño.

Con el cabecero mirando al Sur
La energía que capta una cama en esta dirección es ardiente y apasionada. Es perfecta, sobre todo, para recuperar la pasión en una pareja.
Pero también es buena para los que necesiten ilusionarse de nuevo con cualquier cosa, la profesión, un negocio, la familia... No es bueno si lo que se necesita es un estilo de vida pacífico.

Con el cabecero mirando al Suroeste
Con el cabecero orientado hacia el suroeste captamos las energías relacionadas con los afectos, los sentimientos y las relaciones ajustando.
El resultado más inmediato es que elimina la tensiones de pareja y proporciona compromisos pacíficos. En general esta dirección lo que hace es que nos vuelve más cautelosos y nos ayuda a poner los sentimientos por encima de la razón.

Con el cabecero mirando al Oeste
Estupenda posición para los que sin tener ningún problema quieren tener un sueño agradable.
El cabecero mirando al Oeste proporciona una satisfacción general, un buen sueño y puede, incluso, mejorar la vida amorosa.
Sin embargo, este sentimiento de satisfacción también puede conducir a la pereza. Así que habrá que tener cuidado.

Con el cabecero mirando al Noroeste
La cama orientada hacia el noroeste proporciona un sueño mucho más profundo que permite una renovación mental completa durante la noche.
Ayuda a levantarse no sólo lleno de energía sino con las ideas muy claras también. Es perfecta para los que quieren ser o sentirse líderes o para aquellos que desean tener el control de su vida.

El dormitorio. Normas básicas
El dormitorio es el lugar en el que buscamos el descanso y sueño reconfortante y para que esto ocurra debemos respetar una serie de cosas. Por ejemplo, no debe ser un lugar de paso de una habitación a otra.
La cama debe estar alejada y opuesta a la puerta (nunca enfrente) pero visible desde ella. Nunca debajo de la ventana y sí separada de ella unos 30 cm, así alejamos la sensación de vulnerabilidad.
También hay que separar la cama de la pared y del suelo para que circule la energía y cambiarla cada cinco o siete años de uso. El espacio debe estar despejado, sin muchos muebles ni desorden (impide que la energía circule bien).
Si hay muchos muebles, se pone en un rincón un móvil de tubos o unas campanillas y cada vez que vayamos a la cama lo tocamos para mover la energía. En la mesilla debe haber un vaso de agua para atraer la energía negativa durante el transcurso del sueño.
