Por qué el método KonMari de Marie Kondo no es minimalista

Muchas personas consideran que el método de Marie Kondo es minimalista, pero la gurú del orden defiende que su filosofía KonMari no tiene por qué implicar vivir con menos cosas.
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Son muchas las personas que consideran el método KonMari de Marie Kondo minimalista porque tienden a vincular el estilo japonés donde todo está en armonía y limpio con la idea de vivir con menos. En cierto modo, sí es así, pero hay una diferencia esencial entre la idea de orden y limpieza para la casa de Marie Kondo que no concuerda con los principios minimalistas.

Explica la famosa profesional del orden, casi la inventora, aunque no lo haya patentado, de este tipo de trabajo que ahora está en auge, que “mucha gente ha equiparado” su método de limpieza con el minimalismo. “Pero es bastante diferente”, afirma.

Y lo es por una sencilla razón de concepto, cuestión de matices: “El minimalismo aboga por vivir con menos; el método KonMari fomenta la vida entre objetos que realmente valoras”, subraya Marie Kondo.

Marie Kondo

No es lo mismo eliminar cosas que reordenar

En el minimalismo, la idea es vivir con mucho menos, de forma que podemos eliminar, “sin piedad”, muchos objetos y artículos de nuestra vida que no nos hacen falta. En cambio, Marie Kondo y su filosofía apuestan precisamente por eso, por darle un sentido emocional al cambio.

Es por esto que el primer paso del método KonMari de Marie Kondo no sea práctico, sino teórico. “Es imaginar tu estilo de vida real”, dice la japonesa. “Para algunos, esta visión podría consistir en rodearse de lo esencial; para otros, podría significar vivir en una casa repleta de obras de arte, libros, colecciones y reliquias familiares”, añade.

No tiene por qué suponer vivir con menos. Esto es, Marie Kondo no rechaza las casas con muchas cosas, pero sí las viviendas que tienen objetos que no tienen valor emocional para sus inquilinos, que no les hacen felices. “La alegría es personal. La vida (y el espacio) ideal de cada individuo será diferente del resto”, asegura Kondo.

Por lo tanto, la japonesa defiende que su estilo no es minimalista. Al menos, no al 100%, de forma obligatoria. Señala Marie Kondo al respecto que “si el minimalismo es un estilo de vida que genera alegría en alguien, lo recomiendo”, pero que, “de la misma manera, si alguien ha determinado que muchos elementos de su vida le provocan alegría, ¡también está bien!”.

Marie Kondo

La confusión tiene sentido

Una vez explicada la diferencia, en boca de la propia Marie Kondo, entre el método KonMari y el minimalismo, cabe puntualizar que la confusión entre ambos conceptos es entendible.

La propia Marie Kondo lo reconoce: “una de las razones por las que el Método KonMari se asocia con el minimalismo es porque muchas personas descubren, mientras ordenan, que han estado viviendo con objetos que ya no aman o que nunca amaron. Y de repente se sienten capacitados para dejarlos ir con gratitud”, dice.

Sin embargo, esto no ocurre en todos los casos, y no por ello, estas personas tienen casas más desordenadas o caóticas. No es tanto la cantidad, la acumulación, sino el cómo se dispone en el espacio que tenemos. “La parte más importante del método KonMari es elegir qué conservar”, indica Marie Kondo, no el reducir la cantidad de cosas que tenemos.

En opinión de la gurú del orden, “es importante conservar con confianza los artículos que ama y apreciarlos de verdad”. Da igual si es ropa, calzado, objetos personales o fotografías o libros. Lo que sea. “Desde zapatos y bolsos hasta productos electrónicos y cepillos de dientes, nuestras pertenencias trabajan duro para nosotros. Son dignos de respeto y gratitud en todo momento, no sólo cuando les decimos adiós”, apostilla Marie Kondo.

La cruzada del método KonMari, por lo tanto, no es la cantidad de objetos sino el desorden. “El desorden oscurece lo que es más importante. Descartar aquello que no respalda su estilo de vida ideal crea espacio para que sus posesiones más preciadas brillen de verdad y deja espacio para futuras incorporaciones que generen alegría”, concluye Marie Kondo, que defiende con fervor (dentro de imagen apaciguada) que su filosofía no tiene por qué ser minimalista.

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