Por qué incluir la coliflor en tu dieta
Que no te de pereza tomar esta verdura porque te perderás todos sus beneficios.
Brócoli, col, berza, coles de Bruselas, rúcula, nabo, romanescu, repollo… ¿Qué particularidad tienen todas estas verduras en común además de que suelen producir rechazo de entrada tanto en los adultos como en los niños? Que son de la misma familia, la de las crucíferas -o brasicáceas-. Comparten muchas de sus sobresalientes propiedades nutricionales, y entre ellas se encuentra también la más temida de entre todas las verduras mediáticas: la coliflor.
El "Shrek" de los vegetales podría ser el apodo perfecto para esta verdura que solo con oír su nombre ya hace cambiar el gesto a más de uno y más de dos. Y no solamente a los niños. Pero si recuerdas al mítico ogro, al final es un trozo de pan, casi todo virtudes. Algo muy parecido pasa con la coliflor, que carga con una maleta llena de piedras a su espalda de forma completamente injusta.
Nos hemos propuesto demostrártelo, pero hay tantos argumentos de distinta naturaleza, que no basta solo con un texto, de ahí que hayamos dividido esta defensa a ultranza de uno de los mejores alimentos que existen en la naturaleza en dos capítulos distintos: uno dedicado a la versatilidad que ofrece en la cocina y estas líneas, en las que te vamos a dar argumentos objetivos desde el punto de vista exclusivamente nutricional por los que debes incluirla en la dieta. Ya sabemos que te, probablemente, te convencerán más los primeros, pero estos últimos son realmente importantes también.
Alta dosis de vitaminas
No hace falta ser científico para comprobar que la composición de esta col es ya es un argumento por sí mismo. Tal como puedes leer en la tabla que ofrece la FEN (Federación Española de Nutrición), es un producto que aporta muy pocas calorías pero que al mismo tiempo contiene una dosis alta de vitaminas y minerales de primera necesidad para el correcto funcionamiento del organismo.
Entre ellos, la FEN destaca sobre todo la vitamina C, el potasio y los folatos, que “contribuyen a la formación normal de las células sanguíneas y al funcionamiento normal del sistema inmunitario”. El potasio, entre otras funciones, es responsable directo del rendimiento muscular, facilitando la recuperación de estos, mientras que la vitamina C ejerce una labor fundamental para facilitar la absorción del hierro que el organismo consigue de otros alimentos. Eso sí, tal y como apunta la propia FEN, el aporte de vitamina C de la coliflor se pierde en parte al ser cocida, por lo que es mucho mayor en crudo.

coliflor
El bajo aporte calórico, que se debe a que su principal componente es agua, hace de la coliflor una verdura ideal para las dietas diseñadas para la pérdida y el control del peso. En realidad, la presencia de la coliflor, que también aporta un porcentaje elevado de fibra, debería ser común en todas las dietas por motivos de salud, ya que el consumo de verduras y frutas está en lo más alto de la lista de las recomendaciones médicas en lo que respecta a la nutrición.
Pero por si fuera poco su aporte alto en fibra, minerales y vitaminas, además de su escaso aporte de carbohidratos, la coliflor también es rica en antioxidantes, que son los encargados de proteger en el organismo a las células de los ataques de los radicales libres, responsables directos del envejecimiento celular.
A nivel nutritivo, para una persona con una buena salud, que no tenga ninguna incompatibilidad con esta verdura, la coliflor no tiene ningún pero. Todo lo que aporta es en positivo. Pero, como decíamos anteriormente, los argumentos científicos no son tan potentes como los culinarios, y en el caso de la coliflor pesan muchísimo por desconocimiento de los mismos. La coliflor, cocinada con sentido y con un punto de originalidad, está muy buena, y es además es una de las verduras que más texturas y elaboraciones acepta. Pero, como no queremos ensombrecer su excepcional valor nutricional, abordamos su faceta gastronómica en exclusiva en este otro texto.