El rábano negro es solo una de las muchas variedades que existen de este tubérculo. Aunque su aspecto no invita precisamente a consumirlo, por su color, lo cierto es que deberíamos tenerlo en cuenta en nuestra alimentación por las muchas propiedades beneficiosas que ofrece para la salud, especialmente para el hígado.
Originaria de Asia menor, esta hortaliza de piel dura y carne blanca se recolecta en los meses de invierno y se consume hasta el mes de marzo. Su sabor es más intenso que el resto de variedades. Este sano alimento ha sido utilizado por la medicina tradicional china por sus propiedades digestivas. Si bien es menos nutritivo que otras raíces como la remolacha o la zanahoria, el rábano negro despierta gran interés entre los expertos en nutrición por sus muchos beneficios.
Bajo en calorías y rico en fibra
Uno de los mayores puntos a favor para consumir el rábano negro es su elevado contenido de agua, pues el 95% de su composición es líquido, sin olvidarnos de su escaso aporte calórico (20 calorías por cada 100 gramos) lo que lo convierte en un alimento perfecto si estás siguiendo una dieta de adelgazamiento. Además, su elevado contenido de fibra dietética ayuda a cuidar el sistema digestivo y a prolongar la sensación de saciedad durante más tiempo.
En cuanto a su aporte vitamínico, en su composición destaca la vitamina C, gran aliada a la hora de ayudar al sistema inmunológico y combatir los radicales libres, principales responsables de la oxidación celular. El rábano negro también aporta cantidades interesantes de vitamina B (especialmente B9) y betacaroteno, el precursor de la vitamina A. En su composición destaca también la presencia de minerales como el potasio, el yodo y el azufre, siendo este último el responsable de su característico sabor picante. Su contenido en potasio es muy bueno para regular la tensión arterial, protegiendo así la salud cardiovascular.
Pero si por algo destaca el rábano negro es por sus beneficios a la hora de cuidar el hígado. Esto es gracias a sus compuestos azufrados, que ayudan a depurar el organismo. De él se dice que es colerético y colagogo, lo que significa que ayuda a estimular la secreción de bilis por el hígado y facilitar su eliminación. Al contar con enzimas que favorecen la función hepática, el rábano negro es un buen alimento para aquellos que suelen tener digestiones pesadas. Por otro lado, es un alimento interesante para mejorar las migrañas de origen hepático.
¿Cómo sacar partido al rábano negro en la cocina?
- Lo más habitual es utilizarlo en crudo, como parte de ensaladas o en bocadillos, si lo cortamos en rodajas muy finas. Si lo utilizas así, recuerda quitarle la piel y de este modo reducirás un poco su sabor picante.
- A la hora de combinarlo con otros ingredientes, ten en cuenta que su sabor casa a la perfección con manzana, rúcula, maíz o jengibre.
- En cremas y purés va bien con otros ingredientes como el nabo, la coliflor o la zanahoria.
- Prepáralo salteado con otras verduras en un wok.
- Está muy rico horneado, a modo de chips.