Con tantísimos productos disponibles hoy en día en el supermercado, es normal que nos sintamos algo perdidos a la hora de elegir los alimentos adecuados para llenar nuestra cesta de la compra.
El etiquetado de alimentos es toda la información que vemos en la etiqueta del producto que compramos y que está relacionado con el valor energético, los nutrientes, los ingredientes... esto es una herramienta muy útil para proteger la salud de los consumidores, ya que permite obtener la información necesaria para escoger un producto u otro.

El problema está en que, si no tenemos conocimientos básicos de nutrición, leer una etiqueta nos puede resultar verdaderamente un reto. ¿Qué debe incluir la etiqueta de un producto alimentario? ¿Qué significan las Es de un producto? ¿Es mejor comprar productos que no tengan colorantes ni conservantes?
Queremos resolver vuestras dudas y ponéroslo fácil. Para empezar, os detallamos qué debe incluir la etiqueta de un producto alimentario:
- Denominación: descripción del producto a comprar para que el consumidor sepa de qué se trata.
- Ingredientes utilizados para la elaboración del producto que deben aparecer ordenados de mayor a menor cantidad.
- Alérgenos para aquellas personas que tengan algún tipo de intolerancia y/o alergia.
- Información nutricional, que normalmente está presentado en una tabla, donde nos aparece la cantidad energética, de proteínas, de hidratos de carbono...
- La cantidad neta del producto.
- Fecha de duración o de caducidad.
- Conservación y modo de empleo para mayor vida útil del alimento.
- Procedencia del producto.
Ahora vamos con la parte que suele generar mucha confusión: los nombres que se designan con la letra E, a la que le siguen 3 o 4 dígitos. El primer dígito, que realmente es el que interesa, indica la categoría a la que pertenece (colorante, conservante...). Vamos a explicar uno a uno para que, cada vez que leáis un etiquetado, no os suene a chino:
Colorantes: E-1...
Pueden ser de origen natural y/o artificial. Los colorantes tienen como único fin darle color al alimento y hacerlo más atractivo a la vista porque naturalmente carece de color. Podemos encontrar colorantes en: patés, embutidos, mermeladas...
Conservantes: E-2...
Los conservantes muchas veces son imprescindibles y su uso está justificado porque impiden el crecimiento de bacterias, hongos y levaduras que recortan la vida útil del alimento.
Pero jamás pueden utilizarse los conservantes para enmascarar un mal tratamiento industrial o una materia de prima de poca calidad.
Podemos encontrar conservantes en: embutidos, queso, fruta deshidratada, vino...

Antioxidantes: E-3...
Los antioxidantes tienen un papel importante, ya que evitan la oxidación de las grasas al exponerse al calor o la luz. Su uso está justificado porque pueden prevenir la formación de compuestos tóxicos y porque impiden que los productos ricos en grasa se enrancien y aparezcan sabores extraños.
Podemos encontrarlos en: patés, hummus, guacamole...
Edulcorantes: E-4 y E-9...
Los edulcorantes son aditivos y tienen la función de sustituir al azúcar común y dar un sabor dulce a los alimentos procesados.
Su poder endulzante es mucho mayor que del azúcar, y con pequeñas cantidades se pueden conseguir los mismos resultados que con dosis grandes de azúcar y por eso, cuando se utilizan edulcorantes, la cantidad de calorías del alimento se reduce.
Podemos encontrar edulcorantes en: productos bajos en azúcar, galletas, bollería, mermeladas light...
Potenciadores de sabor: E-6...
Los potenciadores de sabor son compuestos químicos que hacen que los alimentos aumenten su sabor y se emplean en muchos alimentos procesados para que sea mucho más agradable para el paladar.
Uno de los potenciadores de sabor más conocidos es el glutamato monosódico. Lo podemos encontrar en: sopas, alimentos precocinados, encurtidos...
Aromas
Los aromas son aditivos muy usados por la industria alimentaria, pero a diferencia del resto, no se identifican con un código. Podemos encontrar aromas en: embutidos...
Hay que tener en cuenta que, la mayoría de los productos con aditivos, suelen estar en alimentos ultraprocesados, por lo que debiéramos de limitar la cantidad de su consumo.
Pero no tenemos por qué tenerles miedo, ya que la legislación europea establece que cualquier aditivo de uso alimentario debe ser autorizado antes de que pueda ser utilizado en los alimentos. Y además, muchos de estos aditivos de uso alimentario facilitan la conservación, el almacenamiento y la vida útil del alimento.