Cómo superar el duelo
Sobrellevar la pérdida de un ser querido no es fácil. Una experta te ayuda a compreder el duelo.

Un reto continuo
A lo largo de la vida nos enfrentamos a duelos constantes (desde la muerte de un ser querido al alejamiento de un amigo que se cambia de ciudad). “En todas estas situaciones hay una adecuación a una vida ‘sin’ y en la mayoría de los casos somos capaces de gestionar el proceso con el apoyo de los más allegados”, explica Mónica Pereira, de Haztúa Psicología Positiva. Pero el problema es que en la sociedad actual se han perdido parte de los recursos para afrontar el duelo. “Cada vez es mas difícil encontrar un entorno que nos acoja y apoye, que nos dé cobijo más allá de los primeros momentos de pérdida”.

Hay unos más dolorosos
No todos respondemos igual ante la muerte, aunque la mayoría de las personas somos capaces de afrontar este desgarro sin ayuda psicológica, “y es bueno que esto suceda así. No es una enfermedad, es un proceso de adaptación”, explica la terapeuta. Entonces, ¿por qué hay gente que lo pasa tan mal? La afectación y la manera de gestionarlo va a depender de una serie de factores: cómo de repentino o esperado sea el suceso, la personalidad del doliente, la edad de la persona, la fatalidad del desenlace y el nivel de cercanía con el fallecido. Todas estas circunstancias pueden afectar de manera negativa al afrontamiento. “Hay personas que son incapaces de asumir la ausencia o que tienen reacciones emocionales tan intensas que les impiden funcionar en su vida diaria. En estos casos es vital una intervención. Hay que reorientar el proceso con psicoeducación. “Se ayuda al paciente a aceptar los sentimientos (rabia, frustración, culpa y miedo), a procesar la pérdida y los cambios que ésta conlleva”.

El tiempo es la mejor medicina
En los primeros momentos es normal sentir apatía, impotencia, indefensión o enfado. Son mecanismos que la mente pone en marcha para poder encajar lo que está ocurriendo. En ese momento es vital compartir el dolor y darse un tiempo (no pasará en un día ni en un mes). Pero si la sintomatología se prolonga, es importante buscar ayuda para evitar quedarse enganchada en las etapas iniciales o dar lugar a trastornos psicopatológicos con diferentes grados de gravedad (depresión, ansiedad, estrés postraumático).

El luto tiene etapas
Aunque es diferente en cada persona y para cada pérdida, en términos generales primero sufrimos un shock, un impacto que puede durar minutos, horas, días, semanas o meses; hay personas que incluso se quedan ancladas en esa etapa. En un segundo momento aparece el enfado. Es la necesidad de buscar un fallo, un error, el porqué que explique la falta. En la tercera se asume lo que ha pasado y suele ser la más larga. Y finalmente se produce la reorientación, comenzamos una vida sin el ser querido.

Claves para vivir la ausencia
Desahógate. Narrar lo sucedido permite estructurar el suceso, darle un inicio y un final, y facilita la compresión de lo ocurrido.
Recuerda al que falta. Evoca los momentos más positivos que pasaste con la persona que ya no está.
Acepta el dolor. La mejor manera de dejar atrás el sufrimiento y la tristeza es dejar que fluyan. Negarlos solo servirá para aumentarlos.
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Acepta el dolor. La mejor manera de dejar atrás el sufrimiento y la tristeza es dejar que fluyan. Negarlos solo servirá para aumentarlos.

Compartir el dolor
Alma y vida presta apoyo a padres que han perdido un hijo.
Petits amb llum. Es una asociación que ayuda a afrontar el duelo neonatal.
Després del Suïcidi, acompaña y da soporte a los allegados de personas que se han quitado la vida.
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