Piernas cansadas, varices, pies hinchados... Los problemas de circulación sanguínea afectan cada día a más gente, normalmente debido a un mal estilo de vida como el tabaquismo, el sedentarismo o una mala alimentación, aunque también se dan en el embarazo. Son bastante habituales entre las mujeres y pueden derivar en problemas serios, así que no deberíamos tomárnoslos a la ligera.
La mala circulación se caracteriza por la dificultad que tiene la sangre para pasar por las venas y arterias. Algunos de los síntomas que delatan una mala circulación sanguínea son pies o manos hinchados, un cierto color azulado en la piel, pies fríos, hormigueo en algunas partes del cuerpo y varices. Una de nuestras mejores aliadas para combatir estos problemas es la alimentación sana en la que tengan especial protagonismo frutas y verduras de todos los colores. En especial, destacan las bondades de los cítricos debido a su alto contenido de vitamina C, que ayudan a evitar un exceso de acumulación de grasa. Este micronutriente también se puede encontrar en pimiento rojo, tomate y brócoli, entre otros alimentos. También se ha demostrado que el ajo es un buen aliado a la hora de combatir la mala circulación, pues ayuda a dilatar los vasos sanguíneos. Otros alimentos clave para frenar este problema son la berenjena, el jengibre o la sandía.
Por otro lado, existen ciertos alimentos que no hacen sino agravar el problema. Hablamos de los alimentos ricos en grasas, sodio y azúcares, que no solo representan un problema para la circulación de la sangre sino también para la salud general. Las patatas fritas están deliciosas, pero deberías consumirlas con moderación pues su exceso de sodio provoca una retención de líquidos que obliga al hígado y riñones a trabajar por encima de sus posibilidades. También deberías descartar de tu alimentación habitual los ultraprocesados ricos en grasas y azúcares, así como todo tipo de bollería industrial y pizzas. No decimos que no los consumas nunca (a veces apetece darse un capricho), pero déjalos mejor para ocasiones puntuales.
Ultraprocesados, carne roja procesada, mantequilla, salsas... Te desvelamos cuáles son los alimentos que deberías evitar para combatir la mala circulación sanguínea.
Alcohol
Los vasos sanguíneos y la sangre se alteran cuando bebemos alcohol. Este tipo de bebidas ralentizan y entorpecen en gran medida la circulación sanguínea e incluso pueden impedir que el oxígeno y los nutrientes lleguen a todas las partes de nuestro cuerpo de manera eficiente. Por tanto, consumir alcohol de manera frecuente es uno de los peores hábitos para la salud y también puede aumentar la celulitis.

Bollería industrial
La bollería industrial es rica en grasas hidrogenadas que aumentan el colesterol y triglicéridos en sangre. El exceso de lípidos causa una mala circulación, dificultando la llegada de nutrientes a todas las partes del cuerpo.

Conservas
Los productos en conserva pueden solucionarnos muchas comidas, pero también suelen tener sal, azúcares y conservantes que pueden ser perjudiciales si se consumen en exceso.

Embutido
El consumo habitual de carne roja está considerado un factor de riesgo a la hora de padecer problemas circulatorios. Si esta carne roja es procesada, el riesgo es mayor pues se suelen añadir altas cantidades de sodio y aditivos. Entre este tipo de carnes se encuentran las salchichas y todo tipo de embutidos.

Mantequilla
El exceso de consumo de este alimento puede agravar los problemas de varices e hinchazón en las piernas gracias a su alto contenido de grasas hidrogenadas.

Pizza
Las pizzas tienen mucha grasa y colesterol perjudicial para la correcta circulación de la sangre. Si vas a tomarte una pizza, mejor que sea casera y con buenos ingredientes.

Quesos muy curados
Cuanto más curado sea el queso, más cantidad de sodio y colesterol tiene. Mejor elige queso fresco y si vas a consumir un queso curado, que sea en cantidad moderada.

Salsas industriales
Kétchup, mayonesa, mostaza y otras salsas industriales contienen altas cantidades de sodio que perjudican la correcta circulación de la sangre.

Otros aliados son las grasas de calidad y los granos enteros.