Melocotón o nectarina: diferencias esenciales entre estas dos frutas casi iguales

A simple vista, en el lineal de la frutería, pueden llegar a confundirnos por sus semejanzas, pero hay trucos para distinguirlas con relativa facilidad.
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Hay frutas que siempre consiguen sorprendernos cuando vamos a la frutería o pasamos por esta zona en el supermercado. ¿Esto qué es? ¿Cómo sabrá? ¿A qué se parece? Hay otras, en cambio, que nos pueden despistar por su parecido, incluso cuando las conocemos. Es el caso de las nectarinas, una de las frutas más consumidas del verano, y los melocotones.

Principales diferencias en piel, color y tamaño

Su parecido es mayor cuando están expuestas en el lineal junto a otras frutas conformando ese bodegón pictórico multicolor tan atractivo. Luego, si cogemos una en cada mano, las diferencias son muy apreciables. En primer lugar, porque la piel es distinta, por lo que es la primera clave para diferenciarlas. 

La de la nectarina es lisa y de un color más intenso, donde el rojo y el naranja se entremezclan. Todo lo contrario ocurre con la piel del melocotón, que es aterciopelada, con esa especie de pelo que muchos no pueden soportar en boca, de ahí que se “escandalicen” quienes ven comer una pieza de esta fruta a otras personas sin pelar, simplemente lavado. 

En cuanto al color, es un factor que tiene trampa porque en el caso del melocotón amarillo la diferencia con la nectarina es obvia de cerca, mucho más intensa de coloración esta última. Sin embargo, con la variedad del melocotón rojo ya no es tan clara esa distinción porque si bien el melocotón no es tan vibrante, no tiene la intensidad de la nectarina, el rojo es común en ambas variedades de fruta. 

La tercera clave para diferenciar melocotón y nectarina después de piel y color es el tamaño, pero no es una regla exacta. Si lo fuera, sería la primera diferencia de la lista porque suelen ser mucho más grandes los melocotones. Sin embargo, hay zonas donde las nectarinas crecen grandes y, sobre todo, es posible que una remesa de melocotones contenga muchos de tamaño moderado, más similar al de las nectarinas. En principio, sirve como diferencia entre ambas frutas, pero no en el 100% de las ocasiones.

Dado que el precio no tiene por qué ser muy distinto en verano si ambas frutas son de calidad y proximidad, color, tamaño y piel son las tres diferencias esenciales entre melocotón y nectarina a simple de vista. Una vez abiertas, hay más, lógicamente.

Melocotón - Imagen: iStock
Melocotón - Imagen: iStock

La primera, muy evidente, es la pulpa. La del melocotón es anaranjada, pero menos intensa que la de la nectarina, que suele ser rojiza o amarilla, aunque a veces es más pálida también. De todos modos, no es el color su gran diferencia, sino el hecho de que la de la nectarina no se adhiera tanto al hueso como la del melocotón, a la que cuesta separar hasta el punto de dejar limpio el hueso. No ocurre así con la nectarina. 

Además, la cantidad de agua en ambas varía, siendo mucho más firme la del melocotón. Puede que tenga mucha agua porque un buen melocotón no tiene la piel seca, pero una nectarina de calidad te empapa, literalmente las manos, así que esta es otra diferencia. Se aprecia muy bien si las mezclas con yogurt, que se mantendrá más firme de textura si lo mezclas con melocotón. 

Por último, encontramos otra diferencia ya en boca. Su sabor no es igual: la nectarina aporta matices dulces, pero al mismo tiempo tiene un punto amargo que la distancia del sabor más definido, dulce, del melocotón. En cualquier caso, ambas frutas están deliciosas.

Lo que no es realmente una diferencia entre ambas es su origen. Hasta hace poco tiempo se creía (todavía mucha gente lo sigue creyendo) que la nectarina era una fruta de laboratorio, un cruce de ciruela y melocotón, pero lo cierto es que el nectarino, árbol cuyo fruto es la preciada nectarina, es una variación natural del melocotonero. Surgió por mutaciones naturales. Por lo tanto, lógicamente son frutas de árboles distintos, pero en ambos casos la naturaleza y no el hombre están detrás de su origen.

A nivel nutricional, por último, pocas diferencias se pueden encontrar entre ambas que sean reseñables porque los dos son alimentos magníficos como fruta que son. Su alto contenido en agua las convierte a ambas en excelentes fuentes de hidratación y también son fuentes de fibra si se consumen enteras. Nada de zumo de melocotón, por favor, hay más de 10 razones para incluir los melocotones en tu dieta.

Son ricas en minerales como el potasio, el fósforo y el hierro, entre otros, y también en vitamina C y antioxidantes. Quizá, por citar una diferencia en este campo, la más destacable es que la nectarina contiene más vitamina A, uno de los 10 nutrientes para todo tu cuerpo.

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