Qué rabia da cuando abrimos una fruta o una verdura que no sale bueno. Es molesto si pasa con un melón o con una sandía, pero es difícil encontrar alguna que sea incomestible. Esto sí pasa, por ejemplo, con los mangos y también con los aguacates. Con estos últimos, “duele” especialmente porque no es precisamente un producto barato.
Un aguacate puede salir “malo” por dos motivos principalmente: que madure mal y por dentro su carne se haya tenido de color marrón, o bien porque deje una textura durísima, como si fuera corcho, llena de hilos además. Nada que ver con esos aguacates verdes y de textura casi cremosa, que puedes aplastar con la lengua, de los que pringan las manos al limpiarlos.
Como ocurre con los melones, no hay una fórmula mágica para dar con el aguacate perfecto en la frutería o supermercado. Es clave comprarlos en un proveedor de confianza, que conozca a su vez el origen de esta fruta —puede ser mexicano, peruano y de otras zonas de Latinoamérica, pero también los hay de procedencia española, sobre todo de Málaga— para que el porcentaje de buenos aguacates que tiene en su género sea elevado. Pero esto no es garantía de que el aguacate que te lleves a casa sea el ideal.
Tampoco lo es ninguno de los consejos que te vamos a dar a continuación, pero sí son pistas para poder elegir mejor entre el género que tengan ese día en la frutería o supermercado.
El color de la piel
Es fundamental para saber si estará maduro cuando te lo quieras comer. Si es verde intenso su color, tendrás que esperar al menos 4 o 5 días para que esté en su punto óptimo de maduración. En cambio, cuando ese verde se oscurece y se mezcla con los tonos marrones, quiere decir que el aguacate está próximo al momento perfecto para consumirlo. Si está muy oscuro, casi negro, es que está listo para el consumo… O cuidado, quizá esté pasado de maduración.

El tacto
Lo aconsejable es tocar la parte más estrecha del aguacate para saber si está madura. La prueba es sencilla: si al apretar (lo Justo) con tus dedos estos se hunden ligeramente quiere decir que el aguacate está en su punto óptimo. Si se hunde de más, es mejor que no lo compres porque es posible que esté demasiado maduro y ni siquiera comiéndotelo ese día estará en las condiciones perfectas.
Olvídate de las mallas y cajas
Los aguacates se tienen que escoger de uno en uno por la dificultad que tiene saber cuál está maduro y por qué no todos tendrás previsto comerlos el mismo día, así que nuestro consejo es que te olvides de comprarlos en pack.
El pedúnculo
en este punto hay choque de intereses porque quitar el rabito o pedúnculo de un aguacate acelera su proceso de maduración y puede hacer que se oxide. No es lo recomendable. Pero, dicho esto, también es cierto que es un indicativo de si está maduro mirar el color que hay debajo de él. Si está amarillento, el aguacate está maduro. Si no lo está, este color será más bien blanquecino. Si te cuesta quitarlo también es una pista de que todavía no está maduro.