Comer sano el 100% del tiempo es posible, pero requiere de mucha constancia y disciplina, para qué engañarnos. Son demasiadas las tentaciones de origen industrial que tienes a tu alrededor cada vez que vas a hacer la compra pero, dentro de que ninguno es ideal, los hay mejores y peores. No solo por su composición, sino por cómo se pueden combinar. Y es ahí donde los fideos chinos juegan con ventaja. Pocos ingredientes demandan más la verdura que ellos, ni siquiera la pasta, por lo que son la mejor alternativa para esos días en los que tienes mono de prepararte una receta rápida y rica, de esas que conquistan a cualquiera.
Pero antes de entrar en detalles de cómo cocinarlos conviene aclarar que los fideos chinos no son todos los tipos de noodles. En Asia, además de entre tallarines y fideos, hay que distinguir dentro de estos últimos entre distintas versiones. Una de las más famosas actualmente es el udon japonés, por ejemplo. Los fideos chinos, aunque son menos conocidos, cada vez ganan más adeptos debido al juego que dan en la cocina y a que se preparan muy rápido, mucho más que la pasta, ya que se venden deshidratados y lo único que hay que hacer es cocerlos en agua alrededor de cinco minutos, dependiendo de cada fabricante.
Hay dos grandes tipos de fideos chinos, los elaborados con harina de trigo y los que están fabricados con arroz. Ambos son finos, pero hay versiones más gruesas que suelen llevar huevo en su composición. Un truco para diferenciarlos cuando vayas a pedir en un restaurante chino de verdad sin necesidad de traducir lo que pone, es que los platos que los lleven de arroz llevarán “fun” o “fan” en el nombre, mientras que en los de trigo incluirán la denominación “mein”. De esta forma tan sencilla ya puedes saber la diferencia fundamental entre un chow fun y un chow mein, más allá de que los fideos se acompañan con uno u otro ingrediente.
Precisamente, entre los cinco consejos para cocinar los fideos chinos que te vamos a dar a continuación, se encuentran ambas recetas.
Chow fun de carne
Este plato de origen cantonés -en China, como en España, las diferencias regionales en la gastronomía se aprecian mucho-, es una receta elaborada con tres ingredientes básicos: carne de ternera, brotes de soja y fideos de arroz. Además, lleva cebolla y se condimenta con salsa de soja que se va añadiendo durante el cocinado en el wok a fuego fuerte.
Es el tipico salteado al wok con verduras que vemos en cientos de cartas en España, pero con un puñado de gambas añadido al final. Estas se pueden cambiar por setas, pollo -con un puñado de anacardos- o directamente dejar a la receta libre de proteína animal. Ya sabes que en Asia se suele cocinar con aceite de alguna semilla, pero hacerlo con aceite de oliva virgen extra es perfectamente compatible con estos platos. Pimientos de todos los colores, cebolla y zanahoria siempre hay que cocinarlos más tiempo, y después añadirías el calabacín, que es otra verdura básica en este plato. Mientras lo cocines al wok y a fuego intenso, también puedes incluir otras verduras que te gusten más como el brócoli o la berenjena.
Hay decenas de versiones para cocinar los fideos chinos en sopa. De todas, destacamos esta versión que puedes españolizar para que sea vegana. No lo es la original puesto que está elaborada a partir de un caldo japonés llamado dashi-no-moto, de bonito, que puedes adquirir en tiendas especializadas en formato polvo. Pero en la versión veggie se puede sustituir por un caldo de verduras, que si es casero, mucho mejor. La sopa lleva miso, una pasta elaborada a partir de la soja, alga wakame -fácil de encontrar deshidratada-, cebollino o ajetes, tofu y los fideos de arroz.
Esta receta suele hacerse con tallarines pero también se puede preparar con los fideos chinos. Es una alternativa a esos platos en los que los fideos son ingrediente principal. En este caso, acompañan a la carne de cerdo cocinada en el wok con vinagre y previamente preparada con azúcar. También lleva un salteado de ajos y cebolla o cebolleta y una buena dosis de salsa hoisin, esa especie de barbacoa china que es un vicio. Para hacerla un poco más sencilla, puedes cocinar la carne simplemente salteada con ajo y cebolla, estilo al ajillo, aunque perderá algunos matices de la receta original.
En los últimos años nos hemos abierto a nuevas bases para las ensaladas importadas de culturas allende de nuestras fronteras como el cus cus o el bulgur, pero no es tan común prepararlas con fideos chinos, algo que es perfectamente compatible con este producto. Pica unas verduras a tu gusto -pimiento rojo, espárrago verde, cebollino, etc.-, añade un poquito de jengibre y un puñado de frutos secos machacados como los anacardos o los cacahuetes, a poder ser salteados en aceite de sésamo, y prepara una vinagreta a base de salsa de soja con el toque cítrico del limón. Si te gusta el picante, también puedes añadirle un puntito.