Revista Mía

Cómo hacer masa de pizza sin levadura fácilmente

¿Quieres aprender a hacer una deliciosa masa de pizza sin utilizar levadura? No te preocupes, tenemos la receta perfecta con la que podrás hacerla en solo 20 minutos.

La levadura consiste en un organismo unicelular que necesita calor, humedad y alimento para poder desarrollarse y prosperar, la cual se caracteriza por ser habitualmente utilizado en la elaboración de distintas recetas.

Así, a través del proceso de fermentación, la levadura convierte la comida, almidón y azúcar, en dióxido de carbono y alcohol. Precisamente, es el dióxido de carbono el principal responsable de que los alimentos aumenten de tamaño durante el proceso de horneado.

Concretamente, se caracteriza por ser un hongo unicelular tan pequeño que, en realidad, únicamente es visible a través del microscopio. De hecho, ¿sabías que se necesitan veinte mil millones de células de levadura para pesar el equivalente a un gramo? Para crear, las distintas células de levadura digieren los alimentos, lo que les permite finalmente la obtención de energía.

Cuando horneamos pan con levadura (o, en definitiva, cualquier otra masa equivalente), la levadura actúa fermentando los azúcares presentes en la harina para liberar, luego, dióxido de carbono. Dado que la masa puede ser estirada al ser elástica, el dióxido de carbono simplemente no puede escapar. Así, el gas en continua expansión es la que hace que la masa se eleve o se infle.

Aunque existen más de 500 especies de levadura, es habitual que, en la cocina, se utilicen fundamentalmente dos tipos: una variedad de levadura para la elaboración de la cerveza (la cual consume el azúcar de la cerveza y produce dióxido de carbono y alcohol), y la que se usa para la elaboración de pan y bizcochos.

¿Por qué la masa de pizza lleva levadura?

Sin embargo, ¿sabías que la masa de la pizza también tiende a llevar levadura? De hecho, además de la propia haría en sí, lo cierto es que nos encontramos ante uno de los ingredientes principales, dado que actúa como leudante, lo que significa básicamente que hace que la masa de la pizza suba.

De esta manera, las mejores recetas de masa de pizza tienden a producir una masa que se eleva rápidamente, lo que ayuda de forma muy positiva a la hora de conseguir una masa burbujeante y aireada (que, posteriormente, se nota no solo en su apariencia, sino también en su textura al masticarla).

Durante el proceso de horneado, el dióxido de carbono generado como consecuencia de la acción de la levadura al alimentarse de azúcares fermentables presentes en el interior de la masa crea una serie de bolsas de aire. Sin embargo, con el horneado el calor mata la levadura, lo que deja que esas bolsas de aire se acaben quedando atrapadas en la masa, creando como resultado una maravillosa corteza aireada y esponjosa.

No obstante, cuando se trata de masa de pizza, en realidad existen distintos tipos de levadura que pueden ser utilizadas en la elaboración de una receta. Las más comunes son la levadura activa seca, la levadura instantánea, la levadura fresca o si deseamos convertirnos en unos auténticos expertos, el iniciador de la masa madre (que se utiliza comúnmente en la elaboración de panes de verdad, de los de toda la vida).

Foto: Istock

Cómo hacer pizza sin levaduraFoto: Istock

Sin embargo, cuando nos hemos quedado sin levadura en casa, o simplemente deseamos probar a hacer una receta de pizza diferente, sin usar ningún tipo de levadura, la realidad es que podemos obtener también una masa de pizza igual de exquisita (aunque es evidente que será menos esponjosa y aireada). En cualquier caso, ¿te animas a prepararla con nosotros?

Ingredientes:

Elaboración:

Comenzaremos precalentando el horno a 230 ºC, y en su interior colocaremos las bandejas de horno (perfectamente limpias).

En un cuenco o bol grande agregamos la harina. Luego, hacemos un pequeño hueco en el medio y añadimos la sal y el agua tibia. Con la ayuda de una cuchara, empezamos a mezclar la harina durante unos segundos, hasta que la masa empiece a juntarse. Justo en este momento añadimos el aceite de oliva virgen extra.

Con las manos, juntamos la masa. Enharinamos una superficie donde poder trabajarla e inclinamos la masa sobre ella. Amasamos durante algunos minutos para formar una bola (la masa debe quedar perfectamente suave y lisa).

Ahora, dividimos la masa en dos bolas, las extendemos en bases grandes para pizza hasta que alcancen un grosor de medio centímetro. Las pasamos ahora con cuidado a las bandejas para el horno, las cubrimos con la salsa y con nuestros ingredientes favoritos, y horneamos durante 15 minutos, o hasta que el queso se haya dorado y derretido y empiece a burbujear.

Eso sí, dependiendo de lo crujiente que te guste la masa, puede ser recomendable dejarla unos pocos minutos más, pero con cuidado para no quemarla.

Dado que en esta receta no utilizamos levadura el resultado es una masa crujiente y algo fina, lo cual es ideal, por ejemplo, para disfrutar al máximo del queso y el resto de ingredientes que hayamos añadido durante el proceso de elaboración.

Eso sí, cuando nos encontremos haciéndola, no es adecuado amasarla demasiado, simplemente el tiempo suficiente como para poder formar una bola fina, lisa y suave.

También es aconsejable espolvorear ligeramente las bandejas para horno con un poco de harina antes de añadir nuestra masa de pizza, lo que ayudará a la hora de evitar que la pizza se pegue (y, además, facilitará muchísimo su extracción).

Por otro lado, en caso de que te sobre masa, puedes envolverla en un poco de papel film transparente, o en papel de aluminio, y conservarla en el congelador hasta que desees volver a utilizarla de nuevo.

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