Si hablamos de carnes saludables, es indudable que el pollo y el pavo ocupan los primeros puestos en la lista, debido a su alto aporte de proteínas de buena calidad y su bajo contenido en grasas. Aunque presentan un perfil nutricional muy similar, estas dos carnes blancas tienen algunas diferencias que conviene conocer.
Físicamente tienen las mismas partes, se cocinan de manera muy similar y ambas son carnes magras muy consideradas cuando se trata de perder peso. Sin embargo, en lo que respecta a su perfil nutricional, no son exactamente iguales y varían en su aporte de proteínas, su contenido en calorías y las grasas presentes en sus carnes.
¿Cuáles son las diferencias nutricionales entre el pollo y el pavo?
El primer aspecto que permite diferenciarlas es su aporte de proteínas. Ambas son una buena opción cuando se trata de sumar este nutriente a esta dieta, pero el pavo sale ganando en este sentido pues concentra un 22% en su carne frente al 20% del pollo. Otro punto a su favor es que las proteínas del pavo tienen mayor biodisponibilidad gracias a su contenido en metionina, un aminoácido esencial que ayuda al cuerpo a asimilar mejor las proteínas.
Otro de los aspectos por los que se considera el pavo una carne con un perfil nutricional superior es su aporte de colesterol. Mientras que la pechuga de pavo aporta 50 mg de colesterol por cada 100 gramos de producto (se trata de una de las carnes con un menor contenido en colesterol que podemos encontrar), el pollo presenta unos valores superiores (80 mg por cada 100).
En lo que a su contenido de grasa se refiere, pavo tiene en torno a un 2%, siendo la del pollo de un 7% aproximadamente. Por lo tanto, el pavo aporta menos calorías, convirtiéndose en la opción ideal para quienes buscan perder peso. Eso sí, hay que tener en cuenta que, al tener menos grasa, la carne del pavo es un poco más seca que la del pollo.
El pavo, la mejor opción
Ya hemos visto que, en términos generales, el pavo es una mejor opción que el pollo. También se diferencian en su contenido en minerales, donde el pavo vuelve a sacar ventaja. El hierro y el ácido fólico están muy presentes en ambas carnes, pero en el pavo estas cantidades son un poco superiores. La carne de pavo aporta más calcio, y si en una pechuga de pollo podemos encontrar aproximadamente 11 mg, en una de pavo tendríamos aproximadamente 32 mg de este mineral. Además, el pavo contiene un mayor porcentaje de vitamina B6 y B12.
En realidad, tanto pollo como pavo son opciones muy saludables con un sabor suave y agradable. Su versatilidad en la cocina es una de sus principales ventajas, pues se pueden preparar de mil formas diferentes y combinadas con infinidad de ingredientes. Si queremos un plato saludable y ligero, la mejor opción es preparar la carne del pollo o pavo con unas verduras, ya sean cocidas, en ensalada o a modo de crema.