Hay personas que padecen fobias alimentarias que, en función del grado de severidad en que se padezcan, pueden condicionar y limitar bastante el modo de vida. Te hablamos de las fobias alimentarias más raras.
Lo primero que debemos tener en cuenta es qué es una fobia. Una fobia se define como un trastorno psicológico que se presenta como un miedo permanente, exagerado o irracional e intenso ante animales, actividades, objetos o situaciones concretas. También se define como fobia la aversión u odio intenso por algo o alguien. Una fobia genera pánico, ansiedad y angustia en la persona que la padece y llega a condicionar y limitar la vida en mayor o menor medida en función del grado y del tipo de fobia que se padezca.
Existen fobias alimentarias, que se explican como un trastorno en el que se asocia un alimento, grupo de alimentos o la acción de comer a una sensación de peligro o una experiencia altamente desagradable que produce un miedo permanente y exagerado. Este tipo de fobias provocan terror, rechazo, ansiedad, aumento de la frecuencia cardiaca y sudoración excesiva, entre otros síntomas, ante el alimento o alimentos a los que se padece la fobia.
Las hay más o menos raras, más o menos limitantes, pero lo importante es tener en cuenta que no se trata de preferencias o no por ciertos alimentos, no supone que nos gusten o no algunos platos o algunas comidas, se trata de una fobia, lo que requiere advertir la importancia de detectarla y de recurrir a ayuda profesional para que la persona que la padece pueda recibir un tratamiento y obtener armas concretas para afrontar dicha fobia. Algunas de ellas no solo condicionan enormemente la vida de las personas que las padecen, además pueden poner en peligro su salud. Por esto, queremos recalcar la necesidad de darles la importancia que merecen y no tomarlas a broma.
Hay algunas fobias como la claustrofobia (miedo a los espacios reducidos), la agorafobia (temor a los lugares públicos o espacios abiertos) o la aerofobia (miedo a volar en avión) que son más conocidas y frecuentes, sin embargo, en esta galería hacemos un repaso por las fobias alimentarias, que, a diferencia de otras fobias, son mucho menos conocidas o estamos menos familiarizados con ellas.
Fagofobia
La fagofobia es una de las fobias alimentarias más conocidas y consiste en la fobia a tragar o a atragantarse. Supone un miedo irracional y obsesivo a tragar y ahogarse, lo que deriva en ansiedad a la hora de enfrentarse al hecho de comer, beber o tomar medicación en pastillas, por ejemplo.

Neofobia alimentaria
Se define como fobia a probar alimentos nuevos y se presenta principalmente en niños entre dos y tres años de edad. La neofobia alimentaria suele disminuir o desaparecer cuando el niño se va haciendo mayor, sin embargo, hay casos en los que puede perdurar y mantenerse en la edad adulta asociada a signos de ansiedad, rechazo irracional y miedo a introducir novedades en la dieta. Cuando esta fobia está presente en adultos se requiere ayuda psicológica para tratarla.

Mageirocofobia
Es el miedo persistente e injustificado a cocinar o preparar alimentos que suele provocar a las personas que la padecen trastornos alimentarios, entre otras cosas. Como ocurre con la mayoría de las fobias, se puede presentar en diferentes grados de severidad.

Deipnofobia
Puede que no te guste demasiado ir de cena y te resulte tedioso tener que iniciar o participar en una charla, eso es una cosa, pero otra muy distinta es padecer deipnofobia, un miedo patológico a la conversación en las comidas o cenas que provoca ansiedad y angustia. Es una fobia social poco conocida que no implica miedo a consumir alimentos, provoca miedo a tener que interactuar al comer con alguien, por eso, en los casos severos, estas personas evitan esas situaciones.

Araquibutirofobia
Sabemos que hay fobias de todo tipo, pero la araquibutirofobia es cuanto menos sorprendente: es el miedo irracional y enfermizo a los cacahuetes, más en concreto a que las cáscaras de los cacahuetes o la manteca de cacahuetes se queden pegados en el paladar… como lo lees.

Lacanofobia
Se trata de un miedo persistente e inexplicable a los vegetales. Puede ser hacia un vegetal en concreto o hacia muchos y no significa solo que las personas que la padecen rechacen comerlos: en los casos más severos no pueden ni estar cerca de ese o esos vegetales. En algunos casos puede deberse a haber sido forzados de pequeños a comerlos y haber experimentado un trauma, en otros el hecho de haber visto insectos en alguna planta y sentir miedo a consumir bichos al comer vegetales…las causas pueden ser muy diversas o no haber una concreta.

Ictiofobia
La ictiofobia se define como el miedo a los peces, pero en muchos casos no solo a ver o estar cerca de peces: esta fobia supone también padecer pavor a los pescados. No se trata de que no guste el sabor del pescado, si no de un miedo permanente e incontrolable a oler, tocar o comer pescado.

Micofobia
Esta fobia se define como terror a consumir hongos o setas y envenenarse al hacerlo. Sin embargo, las personas que padecen esta fobia, también en función del grado en el que la padezcan, experimentan miedo a verlos o tocarlos.

Metifobia
Las personas que padecen esta fobia le tienen un miedo y un rechazo exagerado al alcohol, pero no hay que confundirlo con ser abstemio. Las personas que la padecen no consumen alcohol, pero tampoco (en función del grado de cada caso) soportan verlo, olerlo o estar con personas que lo estén consumiendo. Una de las causas más frecuentes es haber vivido alguna experiencia traumática con el alcohol.

Cibofobia
Se define como el miedo a los alimentos y a comer. No se trata de miedo a atragantarse, como ocurre con la fagofobia, supone pavor a sufrir una intoxicación, una alergia alimentaria, a que los alimentos puedan estar pasados de fecha, etc.

Sitiofobia
Es sufrir un miedo incontrolable a la comida, ya sea por considerar que puede provocar enfermedades como obesidad, diabetes, sobrepeso, etc. como por considerar que puede estar envenenada o resultar tóxica.

Alliumfobia
Se conoce como alliumfobia al miedo exagerado y enfermizo al ajo o al olor del mismo. Las personas que lo padecen no pueden consumirlo, pero tampoco olerlo o tocarlo.

Carnofobia
Como su nombre nos hace sospechar se trata del miedo patológico o aversión a la carne, puede ser a consumirla, pero no solo eso, en los casos más severos también a verla en el supermercado, por ejemplo.

Oenofobia
Esta fobia implica miedo a los vinos, en concreto, a sufrir una intoxicación grave al consumir esta bebida.

Ostraconofobia
Esta fobia supone padecer un miedo enfermizo a los mariscos y crustáceos.
