Es importante que seas consciente de tu postura en tu rutina diaria, ya sea al sentarte o cuando realizas tareas cotidianas. Ten en cuenta que la efectividad de tu esfuerzo radicará en la constancia. Con pequeñas acciones diarias conseguirás beneficios a largo plazo.
En primer lugar ¿cómo se define una postura correcta?
“En términos profesionales, podemos definir como postura correcta del cuerpo a la alineación simétrica y proporcional de los segmentos del cuerpo alrededor del eje de gravedad. La postura ideal es cuando se sostienen las curvas fisiológicas de la columna vertebral. Es decir, el cuerpo no exagera la curva cervical, lumbar y dorsal”, cuentan los fisioterapeutas de Fisioalmat.
“La postura corporal vincula las posiciones de todas las articulaciones del cuerpo. El estado del sistema músculo esquelético está conectado con nuestro estilo de vida, las rutinas diarias y nuestra actitud emocional”, añaden los expertos.
Una postura corporal adecuada se consigue manteniendo la cabeza erguida en posición de equilibro, la pelvis en posición neutral y las extremidades inferiores alineadas para que el peso del cuerpo se divida en forma proporcional.
Tips para mantener una buena postura en diferentes lugares (incluido el trabajo)
En el trabajo…

En primer lugar, asegúrate de contar con una silla adecuada a tus funciones. Después, ajústala a la altura correcta para que tus pies descansen cómodamente en el suelo y tus rodillas formen un ángulo de 90 grados. En cuanto al respaldo de la silla, debe proporcionarte un buen soporte lumbar, manteniendo la curvatura natural de tu columna vertebral.
Aparte, recuerda que la pantalla del ordenador debe estar a la altura de los ojos, para evitar la inclinación de la cabeza hacia arriba o hacia abajo, y que debes hacer breves descansos cada cierto tiempo para levantarte y llevar a cabo ejercicios simples de estiramiento de piernas y brazos.
Al levantar objetos…

Antes de levantar un objeto, dobla las rodillas manteniendo la espalda recta, así distribuirás la carga entre las piernas y evitará la tensión en la espalda baja. Al levantarte, evita inclinarte hacia un lado, lo que podría desequilibrar la carga y aumentar el riesgo de lesiones.
Caminando…
Mira al frente con la cabeza erguida y los hombros relajados, sin encorvarlos hacia adelante. Evita arrastrar los pies (esto causa desequilibrio) y aumenta la tensión en las piernas y la espalda. Da pasos completos, apoyando primero el talón y luego el resto del pie.