Así debes organizar tu nevera para aprovechar el espacio

Hay varios trucos sencillos que pueden ayudarte a ello.
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¿Hay retos más difíciles de superar que ordenar una nevera después de llegar a casa con el carro de la compra hasta arriba?

En el ámbito del hogar solo se nos ocurre uno y, en esencia, es el mismo: que quepa todo, con sentido y orden, en el frigo después de una jornada de batch cooking. 

Mira que es complicado, más todavía que mantenerla limpia después de una limpieza a fondo. No podemos garantizarte que lo consigas, pero sí que con estos consejos de sencilla aplicación estarás más cerca del objetivo. De verdad, léelos con atención porque es posible que no hayas caído en varios de ellos por obvios que puedan parecer. 

Eso sí, antes verás que incluimos dos pasos previos que debes tener en cuenta porque no todo vale para aprovechar mejor el espacio de la nevera.

Tener en cuenta las necesidades de los productos

Este más que un consejo es una orden. Y es un paso previo fundamental a ordenar bien un frigorífico porque, más allá de que quepa todo, es importante cómo hacerlo ya que los alimentos tienen unas necesidades. Por ejemplo, es importante dejar un poco de espacio entre productos para que el frío penetre en todos sus lados

Además, conviene conocer que el mejor espacio para descongelar piezas grandes de productos frescos o marisco, por ejemplo, es el cajón que las neveras llevan encima del destinado a frutas y verduras. Esto es así porque se aisla del resto de los productos guardados en la nevera y se evitan goteos que puedan contaminar a estos. 

Y también hay que tener en cuenta que no toda la fruta necesita frío: no la necesita el tomate ni tampoco las frutas tropicales, así que déjalas fuera y deja espacio para productos que sí lo necesiten. Solo si las abres y se quedan abiertas, entonces sí debes conservarlas en frío. Ocurre a menudo con los aguacates.

Al igual que es importante conocer necesidades de cada producto, el otro paso previo decisivo para acometer el orden de la nevera es saber que no todos sus espacios tienen la misma temperatura. La puerta, por ejemplo, es la más cálida y la más expuesta a los cambios de temperatura. 

Puede llegar a haber dos grados más de temperatura en la parte central más baja, encima de los cajones, en la balda inferior. Y a medida que asciendes por el frigo, la temperatura aumenta, por lo que la balda superior es también una zona más cálida. 

Ocurre lo mismo con las zonas más profundas de cada balda y las más expuestas a los cambios de temperatura por las veces que se abre la puerta; siempre es menor la temperatura del fondo

Una vez están claros los pasos previos, el tercero es aislar bien todo lo que se guarda en el frigo. Esto implica decir adiós a las bolsas de plástico y utilizar tuppers, bolsas zip o papel film en determinados productos. 

En función del producto, de lo que manche y, sobre todo, de lo que huela, puedes usar unos u otros. Lo importante es que se mantengan aislados, de forma que no se contaminen unos a otros. Así no importará tanto mezclarlos en baldas y cajones para aprovechar mejor el espacio.

La puerta está indicada para bebidas de alta rotación como el agua, la leche o el gazpacho en verano si lo guardas en botella, por poner tres ejemplos. Además, puedes colocar los huevos, las salsas y la mantequilla, que no sufren en exceso los cambios de temperatura. Estos últimos son indicados para conservar en la puerta por comodidad, no tanto por su rotación. Son espacios estrechos y este tipo de productos se adaptan bien a ellos. 

El cajón inferior, más amplio, es para las frutas y verduras, en las que es importante dejar cierto espacio, que no se apilen. En los cajones superiores puedes mantener aislados alimentos que requieren alta temperatura de conservación, como embutidos y lácteos -y dejar un espacio para descongelar, como antes hemos visto-. 

Y en las baldas superiores, la clave está en intentar jugar a tetris utilizando en la medida de lo posible recipientes herméticos cuadrados o rectangulares. Las bolsas de plástico, además de generar humedad que se condensa en ella afectando a los alimentos, impiden aprovechar el espacio disponible de forma óptima. 

El caos es uno de los culpables de que no se aproveche el espacio en la nevera al máximo. Y para evitarlo hay dos medidas sencillas que se pueden adoptar: ordenar de atrás hacia adelante las baldas aquellos productos que caduquen -así se evita también que se caduquen-, y llevar al fondo productos de baja rotación como los encurtidos. No te olvides en estos casos de marcar con un permanente qué día los abriste para que limitar el desperdicio alimentario. 

Como decíamos antes, hay productos que requieren nevera y otros que no. Y, pese a ello, los metemos. Es el caso de las frutas tropicales como el mango a las que el frío les viene mal. Y pasa igual con el tomate, las patatas, los cítricos o la mermelada que no está abierta, por citar varios ejemplos más. Las conservas, si no están abiertas, no hay que guardarlas en el frigo. En definitiva, lee el etiquetado para saber a qué temperatura conservar los alimentos y en el caso de los frescos, ten en cuenta su naturaleza. Se puede liberar mucho espacio en el frigo así. 

También se puede ganar espacio en el congelador, que suele ir muy justo. El mejor truco para ello es sustituir los tuppers por bolsas zip. Sí, también para meter guisos, por ejemplo. 

Lo único que debes tener en cuenta en este caso es utilizar bolsas reutilizables para no elevar el consumo de plástico. Tienes en el mercado muchas opciones de bolsas de silicona libres de productos nocivos en su composición que son reutilizables. 

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