Los peligros del atún congelado y en lata

Un estudio reciente ha encontrado variedades de esta especie mal etiquetadas. Además, las conservas contienen mercurio, por lo que no debe sobrepasarse la cantidad recomendada, dos latas por semana.
peligros del atun congelado y en lata

Es uno de los pescados más consumidos debido a su sabor, su versatilidad y sus mangíficas propiedades nutricionales. Sin embargo, no todo es oro lo que reluce. Hay dos peligros del atún congelado y en lata que has de tener en cuenta. No te pongas a fibrilar, porque la cosa tampoco es grave, aunque conviene tenerla en cuenta. Uno de los peros que tenemos que ponerle es el mal etiquetado y otro la presencia de mercurio.

En cuanto al primero de los peligros del atún se refiere al congelado. Un estudio realizado por la Universidad de Oviedo concluye que un 5,2% de las 401 muestras de cuatro tipos de pescado congelado tienen un etiquetado incorrecto, en el que se indica una especie que no se corresponde con la que vamos a consumir. Vamos, que pueden darte gato por liebre. Al margen de los detalles puramente nutricionales, conlleva un riesgo para la fauna marina porque revela el uso de especies en peligro de extinción o no reguladas procedentes de los caladeros africanos. No sucede sólo con el atún, también se ha encontrado este fraude en la merluza, la anchoa y la bacaladilla.

peligros atun congelado - iStock.

El segundo de los peligros del atún se refiere a las latas. Sabemos que este producto es muy habitual en la cesta de la compra, porque resulta cómodo y de mucha utilidad para preparar diferentes recetas, ya sea para añadirlo a las ensaladas, para hacer salsas o preparar empanadillas. De hecho es la conserva más consumida por los españoles según un reciente estudio de la marca Rianxeira. El problema está en que no debemos pasarnos con el consumo.

Aunque tiene muchísimas propiedades, entre ellas su aporte de vitaminas, A, D, B3 y B12 y su alto contenido en Omega 3, que ayuda a reducir el colesterol, también hay peros. El mayor es el mercurio, una sustancia que puede ser nociva para la salud. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha realizado un informe y ha encontrado que hay 0,00046 mg de mercurio por cada gramo de atún. Atendiendo a la cantidad tolerable para la salud marcada por los profesionales, el consumo semanal de este tipo de alimento no debería ser superior a 2 latas por semana. Claro que todo depende del peso de la persona, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria establece que la cantidad máxima a la semana es de 1,3 microgramos por cada kilogramo que pesemos. Si no quieres ponerte a calcular, mantén la cifra en un par.

Así pues, cuando vayas a la compra o a elaborar el menú diario toma nota de esta recomendación. Pero, ¿cuál es el mejor atún enlatado? Se aconseja elegir el natural o con aceite de oliva. La primera opción, por la ausencia de grasas y su bajo contenido calórico. Es sin duda la preferida por deportistas y por todos aquellos que estén a dieta o quieran controlar su peso. En cuanto a las conservas con aceite de oliva, al ser una grasa monoinsaturada tiene muchos beneficios para el organismo. Otra de las cosas a tener en cuenta es la cantidad de sal, es mejor comprar las variedades bajas en sodio.

En definitiva, los mayores peligros, según la nutricionista Patricia Ortega, son los siguientes:

1. Contenido de mercurio. El atún, especialmente las variedades más grandes como el atún blanco (albacora), puede contener mercurio, un metal pesado que puede llegar a ser tóxico en grandes cantidades. Para reducir el riesgo, la recomendación sería consumir atún claro (por ejemplo, de aleta amarilla), que suele tener niveles más bajos de mercurio. Las agencias de salud suelen recomendar limitar el consumo a unas 2-3 latas por semana para adultos.

2. Contenido de sodio. Algunas marcas de atún en lata tienen un alto contenido de sodio, lo que puede ser problemático para personas con hipertensión o problemas cardíacos.

3. Aceites añadidos. Algunas conservas de atún vienen en aceite, lo que empeora su perfil nutricional. Se recomendaría priorizar por aquellas conservas “al natural”.

4. Presencia de BPA en las latas. Aunque algunas marcas ya han eliminado este compuesto, otras latas pueden estar revestidas con materiales que contienen bisfenol A (BPA). Se recomendaría verificar la etiqueta o buscar marcas libres de BPA.

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