A estas alturas todos sabemos que nutrición y salud van de la mano, así que conocer las propiedades de los alimentos nos ayudará a elaborar nuestra dieta para que sea adecuada a nuestras necesidades. Si te preocupa el colesterol, llegó el momento de descubrir un nuevo aliado para luchar contra él porque mantenerlo a raya es clave para la salud cardiovascular. Quizá aún no te suene mucho su nombre, pero dedícale unos minutitos porque te va a interesar lo que te vamos a contar. Se llama malanga y en tan exótico como suena, pero no difícil de encontrar...
Este tubérculo asiático del que todo el mundo habla, cuyo nombre científico es Colocasia esculenta, es bastante parecido a la yuca y su origen se remonta a hace 7.000 años cuando comenzó a cultivarse en Papúa Nueva Guinea. Luego se iría extendiendo por los distintos continentes. Su uso es muy común en Corea, Japón, la zona del caribe o las antillas en Centroamérica. En Hawái, por ejemplo, es uno de los ingredientes más usados y la base del poi, uno de los platos de la cocina tradicional de Polinesia.
Reconocerlo es muy fácil. Es marrón por fuera, con aspecto duro y terroso, y su carne es blanca o amarilla con unas características motitas moradas. ¡Muy cuqui! Su sabor es dulzón y podría perfilarse como un buen sustituto a las patatas y un gran truco para hacer un puré de patatas delicioso, ya que se puede preparar hervido, guisado o en deliciosas chips. Antes de que empieces a pensar que te va a costar un triunfo encontrar marlanga para poder incluirla en tu dieta, te informamos de que puedes comprarla en muchas grandes superficies y fruterías de nuestro país. Ya no hay fronteras para los alimentos...
Una advertencia, la malanga debe cocinarse SIEMPRE. No se puede consumir en crudo, porque contiene oxalato de calcio, que puede resultar tóxico y provocar irritación en la boca y la garganta. Esta sustancia se elimina totalmente al cocinarla. No lo olvides. Y dicho esto, las propiedades de este producto, también conocido como taro o pituca, son abundantes. Aunque tiene más calorías que la patata debido a sus azúcares, también es una fuente muy importante de fibra, que ayuda a controlar los picos de glucosa en la sangre y también ayuda a controlar el colesterol reduciendo los niveles de grasa en el torrente sanguíneo.

Tiene efectos probióticos porque una parte esa fibra de la que hablamos está presente bajo la forma de almidón resistente, que no es digerido en el estómago y llega intacto al colon, donde la fermentación produce varios beneficios para la salud, como mejorar la salud intestinal y favorecer el control glucémico. Es por eso que facilita la digestión, regula el tránsito, evitando el estreñimiento, y es un buen remedio para evitar la acidez.
También tiene un contenido muy bajo en sodio, lo que hace de la malanga un alimento idóneo para las personas que sufren hipertensión. Gracias a su poder saciante puede favorecer la pérdida de peso y su alto contenido en carbohidratos de lenta absorción son un chute de energía. ¿Necesitas más razones para darle una oportunidad? Ahí va: tiene muchas vitaminas y minerales como potasio, magnesio, fósforo y manganeso, que garantizan el buen funcionamiento del organismo.
Como ya sabemos, y a pesar de las propiedades de este alimento, una materia prima de forma ailada no es capaz de aumentar o disminuir el colesterol directamente. Estas recomendaciones se tendrían que tener en cuenta dentro del contexto de una dieta y estilo de vida saludable y adaptada a cada persona.