8 formas deliciosas de comer yogur
El yogur es un alimento maravilloso, versátil y muy fácil de preparar. Te proponemos algunas ideas exquisitas y simples para disfrutar de este ingrediente de forma única y diferente.
Cremoso y ligeramente ácido, el yogur es un alimento maravilloso, nutritivo y saludable, que podemos disfrutar prácticamente en cualquier momento del día. Además, se caracteriza por ser tremendamente versátil, por lo que podemos comerlo acompañándolo con una amplia variedad de ingredientes.
Por ejemplo, a la hora de apostar por un desayuno nutritivo, balanceado y saludable es posible disfrutar de un exquisito tazón de yogur natural, unos trozos de fruta fresca por encima (los arándanos y las fresas combinan a la perfección), y añadir un poco de granola o muesli por encima. No hay duda: una opción deliciosa para comenzar el día…
Yogur con frutas

Yogur con frutas
El yogur natural es una opción excelente cuando se consume acompañado de frutas, por lo que pueden utilizarse muchos ingredientes.
Para su elaboración necesitas 2 tazas de yogur natural bajo en grasa, 1 piña triturada, 2 cucharaditas de vainilla y fruta mixta al gusto (uvas sin semillas, trozos de piña fresca, fresas en rodajas y arándanos).
Solo tienes que mezclar en un tazón mediano el yogur, la piña triturada (sin escurrir), y la vainilla. Cubre con papel film transparente y enfría en la nevera durante 1 hora. Luego, al momento de servir, pon el yogur natural en cada uno de los tazones de postre, y añade ⅔ de taza de la fruta mezclada. Para terminar, cubre con la mezcla restante de yogur.
El yogur natural se combina a la perfección con el chocolate, fundamentalmente porque el sabor ácido del primero se entremezcla idealmente con el ligero dulzor del segundo. Y prepararlo es sumamente sencillo y fácil.
Solo tienes que batir un poco de yogur natural. Pon unos trozos de chocolate en un tazón y derrítelo en el microondas. Es importante calentarlo durante 20 segundos cada vez, y removiendo para que el chocolate se funda sin llegar a quemarse. Para terminar, vierte el yogur natural en el tazón y añade el chocolate fundido por encima (se cristalizará y endurecerá con el frío del yogur, un resultado tan maravilloso como único).

Yogur con granola
La granola es una opción nutritiva excelente tanto para el desayuno como para la merienda. Especialmente si la preparamos en casa, puesto que lo más habitual es que escojamos muy bien los ingredientes que usamos en su elaboración, y lo más probable es que sean lo más saludable posibles.
Solo tienes que poner un yogur natural ligeramente batido en un cuenco y añadir por encima granola o muesli al gusto. También, si lo deseas, puedes añadir fruta por encima.
El parfait es un postre diferente que se sirve frío o semifrío. Proviene de una palabra francesa que, literalmente, significa “perfecto”. Y su elaboración es verdaderamente simple y sencilla.
Para preparar un delicioso parfait de yogur, pomelo, lima y menta necesitas 2 pomelos rojos grandes, 2 tazas de yogur natural bajo en grasas, 2 cucharadas de jugo de lima, 2 cucharadas de miel y hojas de menta frescas.
En primer lugar corta una rodaja colgada de la parte superior e inferior de cada pomelo. Coloca la fruta en posición vertical sobre una tabla para cortar. Con la ayuda de un cuchillo corta la cáscara y la membrana más externa del pomelo. Corta a lo largo de la membrana de cada segmento, con el fin de eliminar la fruta. Luego, en un tazón grande, mezcla el yogur, la ralladura de lima y el jugo.
Coloca ahora la mitad del pomelo y la mitad de la mezcla de yogurt en varios vasos. Repite las capas. Para finalizar, rocía con miel y cubre con hojas de menta fresca.
El plátano es una fruta nutritiva, tremendamente rica en potasio y fibra. Y el gofio es un alimento canario maravilloso, bueno para el corazón y lleno de beneficios igual de nutritivos.
En esta ocasión te proponemos elaborar un exquisito batido de yogur con plátano y gofio. Solo necesitas un yogur natural, plátano y 2 cucharadas de gofio.
Pela el plátano, córtalo en rodajas y reserva. Bate un poco el yogur natural, sírvelo en un tazón o cuenco, añade el plátano cortado en rodajas y espolvorea el gofio por encima.

Salsa de yogur
El yogur natural es tan versátil que puede comerse en preparaciones dulces o saladas. Y puede convertirse en una excelente opción como salsa para ensaladas, ideal para sustituir otras opciones menos recomendadas y saludables, como podría ser el caso de la mahonesa o la salsa César.
Solo necesitas un yogur natural bajo en grasas, un puñado de eneldo y medio pepino cortado en trozos finos. Lava el pepino y córtalo en trozos muy finos. En un cuenco mézclalo todo. ¡Listo!
El yogur helado está muy rico, especialmente si se trata incluso solo de yogur natural congelado. Pero combinado con frutas, queda aún más delicioso, sobre todo si añadimos moras, que siempre se llevan tremendamente bien. No obstante, como se trata de un postre de temporada, si no encuentras moras puedes sustituirlas por arándanos frescos (o congelados).
Para su elaboración necesitas 200 gramos de moras, 300 gramos de yogur griego natural, 40 gramos de azúcar glas, 50 ml de leche y 100 ml de leche de cabra. Comenzaremos combinando las moras con el azúcar en un cuenco grande, que dejaremos reposar durante 30 minutos. Pasado este tiempo tritura las moras con la ayuda de un tenedor.
En otro recipiente mezcla la leche de cabra con el yogur griego natural y la miel. Coloca esta mezcla en un recipiente que puedas congelar, añade las moras trituradas y mezcla bien. Congela durante al menos 2 horas.
Como ya te hemos comentado en otra ocasión, no hay duda que el yogur es un alimento tan versátil que combina muy bien en recetas saladas. Un buen ejemplo es este delicioso aderezo de yogur griego.
Para su preparación necesitas 180 gramos de yogur griego natural, el jugo de medio limón, 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, un manojo de perejil fresco picado finamente y otro manojo de albahaca (igualmente cortada muy fino).
Solo tienes que poner todos los ingredientes en un procesador de alimentos, o en una licuadora, y mezclar bien hasta que quede suave.
Es bastante probable que ya hayas comido yogur al menos una vez en la vida. No en vano, para muchas personas se convierte en un alimento básico para el desayuno (o la merienda). Pero lo cierto es que este alimento no solo se convierte en un refrigerio matutino: puede consumirse en prácticamente cualquier momento del día.
El yogur consiste básicamente en leche fermentada con cultivos del yogur. Concretamente, es un producto lácteo que se obtiene a partir de la fermentación de microorganismos específicos que encontramos presentes en la leche, como por ejemplo podría ser el caso del Lactobacillus y del Streptococcus.
Pero, ¿por qué sabe tan maravillosamente bien, si en realidad se trata de un producto fermentado? Todo está en la forma en que las diferentes grasas de la leche se descomponen cuando se calienta, y cómo luego se reagrupan a medida que se enfría con las bacterias adecuadas. Mantener esa mezcla a temperatura ambiente durante aproximadamente medio día es lo que brinda al yogur ese sabor ligeramente ácido y su textura cremosa.
Para su elaboración es posible utilizar leche de vaca, de cabra o de oveja, aunque es cierto que la mayoría de las distintas variedades comerciales que encontramos en el mercado utilizan leche de vaca. Por otro lado, todos los yogures deben refrigerarse debidamente para evitar que se deteriore con facilidad.