El ingrediente que los que más saben recomiendan añadir a las croquetas de jamón para triunfar
Con jamón ibérico picado y un poco de hueso de jamón (para dar sabor) podemos elaborar unas croquetas tan deliciosas que encantarán a los más pequeños de la casa.
¿A qué niño no le gustan unas deliciosas y crujientes croquetas? Aunque es común elaborarlas con pollo o pescado, el jamón ibérico es una opción única porque confiere a la crema un sabor único y característico.
Como se trata de una receta ideal para niños, puedes añadir a los ingredientes un poco del queso que más te guste para darles un toque especial.

Ficha
- Tiempo de preparación 15 min
- Tiempo de cocción 1 hora
- Porciones 4
- Tipo de receta (n/a)
- Precio -
Ingredientes
- 1/2 kg de cebollas picadas en brunoise muy fina
- 300 g de jamón ibérico picado
- 170 g de mantequilla
- 125 g de aceite de oliva
- 2 l de leche entera
- 1 l de nata
- 180 g de harina
- 2 puntas de hueso de jamón
- Sal
- Pimienta blanca
- Nuez moscada
Elaboración
Pon a cocer la leche y la nata con las puntas de jamón. Cuando hierva, mantén el hervor a fuego muy suave y con tapa durante 20 minutos. Apaga el fuego y reserva.
Calienta en una cazuela el aceite y la mantequilla hasta que esta última se disuelva. Pon la cebolla picada y deja que se haga a fuego muy suave, hasta que la cebolla se torne transparente.
Añade entonces el jamón y deja que se haga durante 20 minutos más. Agrega la harina y deja que se haga durante, al menos, 30 minutos. Vierte poco a poco la leche caliente, pero no hirviendo, moviendo sin parar con una espátula. Cuando hayas añadido toda la leche y la masa esté fina y lisa, ponla a punto de sal, pimienta y nuez moscada.
Deja que cueza 10 minutos y retírala del fuego. Vuelca la masa en una bandeja más baja que alta, que no sea muy profunda para que enfríe bien. Refrigera la masa.
Dale forma de croquetas a la masa y empánalas con pan rallado. Pásalas primero por harina, procurando que se adhiera la menor cantidad posible. A continuación, por huevo batido y, después de escurrirlas con cuidado, por el pan rallado.
Fríelas en aceite de oliva a 190 °C y, después, ponlas sobre papel absorbente, para eliminar el exceso de aceite.