Lo reconocemos: disfrutar de unas buenas croquetas es un placer que no siempre es fácil de igualar. Elegir las mejores no es sencillo y este ansiado título tiene entre madres y abuelas grandes competidoras. Hay tantas variedades de croquetas como gustos: las podemos encontrar tamaño “croquetones” o más pequeñas y finas, pueden ser alargadas o también pueden hacerse redondas, por ejemplo.
Si nos metemos a hablar del relleno de las croquetas ya hay que hacer un capítulo aparte porque hay rellenos de todo tipo: desde los más tradicionales como el jamón, el pollo, el queso, los boletus o el pescado a los rellenos más atrevidos como la calabaza, las verduras, la morcilla, el pulpo, el chorizo, el rabo de toro, el foie o la cecina, por ejemplo. Hay tantas opciones como nuestra imaginación alcance…
Además, no debemos olvidarnos que, a pesar de que las croquetas son alimentos tradicionalmente salados, también las hay dulces, como las croquetas de chocolate, de manzana, de plátano, de yogur y hasta de arroz con leche. Variedades, sin duda, para los paladares más atrevidos y a los que les gusta innovar.
A la hora de hacer croquetas, como se suele decir, “cada maestrillo, tiene su librillo” y hay consejos y recomendaciones para todos los gustos para lograr unas croquetas perfectas. Hay gente que prefiere hacer una bechamel más líquida para que las croquetas queden más cremosas, otros, sin embargo, prefieren una bechamel más densa para disfrutar de una croqueta más compacta. Hay quien prefiere un rebozado más ligero y para otros la mejor croqueta es la que tiene la capa exterior gruesa y muy crujiente. En la variedad está el gusto, sin embargo, es cierto que hay errores que cometemos con cierta frecuencia que impiden que nuestras croquetas nos queden como nos gustaría, por eso, vamos a hablar de esos errores más habituales y de cómo podemos evitarlo. Una premisa es básica: elegir ingredientes de calidad, dedicarle tiempo y cariño a la tarea de hacer croquetas y seguir algunas de nuestras recomendaciones para evitar errores te ayudará a presumir de croquetas. No te pierdas la galería y ¡manos a la masa!
Ingredientes
Para unas croquetas perfectas, lo primero que necesitamos es utilizar ingredientes de calidad, ya que en el sabor se nota la diferencia entre unos ingredientes buenos y otros de calidad más baja.

Bechamel muy espesa
La bechamel de las croquetas debe ser espesa, pero eso no significa que tenga que ser una masa apelmazada y dura que resulte incomible, y esto es algo que pasa en muchas ocasiones. La bechamel se hace con la misma cantidad de mantequilla que de harina, con leche tibia y removiendo todo el rato. Si la bechamel está demasiado espesa puede que nos hayamos pasado con la cantidad de harina y mantequilla en relación a la cantidad de leche utilizada. Lo ideal es utilizar unos 140-150 gr de mantequilla y de harina por cada litro de leche para que quede una bechamel ni muy líquida ni muy espesa. Se puede añadir cebolla o un poco de nuez moscada. La bechamel estará en su punto cuando veamos que al meter una cuchara de madera en la sartén y raspar, la bechamel se desprende bien del fondo.

Bechamel líquida
Si la bechamel está muy líquida es posible que las croquetas se abran al freírlas. Esto pasa porque no hemos medido bien la cantidad de harina y mantequilla o porque hemos retirado la bechamel del fuego antes de tiempo y no se ha cocido bien. Para espesar la bechamel podemos añadir un poco más de harina, sin pasarnos, y volver a poner en el fuego un rato más.

Bechamel con grumos
Para evitar que salgan grumos al hacer la bechamel, debemos añadir la leche tibia poco a poco e ir removiendo constantemente.

Forma
Otro error muy frecuente es que las croquetas no salgan de la misma forma y, como comemos con los ojos, nos suele gustar que todas sean iguales. Lo mejor es darle forma a la masa con un par de cucharas y ayudarnos de las manos. También se puede utilizar una manga pastelera con boquilla especial para hacer croquetas.

Tamaño
Al igual que la forma, el tamaño es importante… Lo ideal es que todas las croquetas tengan tamaños similares, de unos 3 cm.

Rebozado crujiente
Para que el rebozado quede crujiente y perfecto lo ideal es rebozar pasando primero por harina, luego por huevo (que debe estar muy bien batido) y después por pan rallado grueso. Podemos hacer el proceso de rebozado dos veces para conseguir una capa exterior más gruesa y crujiente.

Aceite para freír
Debemos utilizar aceite de oliva virgen extra y debe ser un aceite limpio para que se puedan freír las croquetas correctamente.

Problemas al freír
Uno de los problemas más frecuentes al freír las croquetas es que estas se abran o “exploten”. Las croquetas no deben estar muy frías cuando las pongamos en el aceite y el aceite debe estar caliente, pero sin humear. Las croquetas deben quedar totalmente cubiertas por el aceite.

Croquetas que se abren
Esto es muy frecuente y hay que reconocer que da muchísima rabia. Cuando las croquetas se abren en la sartén suele pasar porque el aceite no estaba lo suficientemente caliente o la croqueta estaba muy fría. Si la bechamel es muy líquida también puede ocurrir.

Croquetas que se deforman
Un error muy habitual es echar muchas croquetas a la vez en la sartén o en la freidora, lo que hace que se peguen y golpeen unas con otras y se acaben deformando. Es preferible echarlas en varias tandas de menor en menor número.

Croquetas quemadas
Hay que sacar las croquetas de la sartén o de la freidora cuando veamos que están doraditas por fuera. Si nos pasamos, corremos el riesgo de que se queme el rebozado y eso acaba arruinando el sabor.

Crudas por dentro
Si el aceite está demasiado caliente, corremos el riesgo de que se quemen rápidamente por fuera y se queden crudas por dentro. Para saber si el aceite está a la temperatura ideal, lo mejor es echar una croqueta y ver si alrededor de ella se hacen burbujitas. Si es así, la temperatura es la adecuada. Si echamos las croquetas congeladas, es mejor que el aceite esté algo más templado para evitar que se quemen por fuera y se queden congeladas por dentro.

Demasiado aceite
Al sacar las croquetas de la sartén o de la freidora, lo ideal es dejarlas sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite, ya que una croqueta aceitosa es bastante desagradable.

Recalentar las croquetas
Evidentemente, lo ideal es comernos las croquetas recién hechas, pero como esto no siempre es posible y, a veces, las queremos recalentar, lo recomendable es hacerlo en el horno y dándoles la vuelta para que se calienten de manera uniforme, ya que el microondas hará que se ablanden y la textura pierda todo su encanto.
