Entre los planes que algunos se habrán marcado para este año seguro que está cocinar más y mejor para llevar una dieta sana y equilibrada. Para cumplirlo toma nota de 10 semillas que debes incluir en tus recetas por sus beneficiosas propiedades. Estos pequeños ingredientes tienen potencial y es mucho lo que esconden pese a ser de tamaño mini. ¡Por algo germinan y generan vida! Si no estás habituada a meterlas en la cesta de la compra, conocer cuáles son y cómo actúan sobre tu organismo puede ayudarte.
Consumir semillas es una costumbre que viene de la antigüedad, desde el mundo es mundo, y la gastronomía oriental se lleva la palma en esto de convertirlas en las reinas de su recetario. Además, hay que decir que actualmente se han puesto muy de moda, como aliadas de una vida sana y son utilizadas por los mejores chefs que innovan con ellas en sus platos.
Entre sus virtudes, una de las principales su calidad organoléptica. Te lo explicaremos en cristiano para que sepas lo que es: ayudan a aumentar lo que se conoce como la calidad del sabor, el olor y el gusto de un producto alimentario. De ahí que la mayoría sean usadas como condimento para potenciar y dar un toque diferente al menú. Además, estos embriones vegetales son ricos en minerales, proteínas, vitaminas, enzimas y ácidos grasos. Pueden consumirse crudas, aunque también se tuestan y se muelen convirtiéndose en harina para elaborar pan o repostería. ¡Tienen muchas posibilidades!
Uno de los trucos que debes conocer de algunas semillas es que conviene remojarlas para poder digerirlas con más facilidad. Sumérgelas en agua entre 6 y 12 horas, cambia el líquido unas 2 o 3 veces a lo largo de este periodo, escurre y déjalas secar. Luego estarán listas para consumir. Cada una tiene sus propios beneficios, así que toma nota de estas 10 que te presentamos para decidir cuál utilizar en cada momento. Y no olvides que, como todo, no hay alimentos milagrosos y su consumo siempre debe ir acompañado de hábitos saludables y de las cantidades recomendadas.
Semillas de calabaza
Las pipas de calabaza son un snack delicioso y sano (sin sal, por favor=¡), pero también puedes usarlas en la elaboración de pan. Prúebalas tostadas o salteadas con otros alimentos. Son muy ricas en ácidos grasos omega-6, cinc, magnesio , fósforo, hierro y vitamina E.

Semillas de amapola
Se extraen de la amapola, evidentemente, y además de tener efecto relajante, contienen vitamina C y B6, calcio, hierro y magnesio. Puedes tomarlas como condimento en ensaladas o guisos, también para preparar batidos naturales, mezcladas con yogur, en repostería...

Semillas de mostaza
Con ellas se elabora la popular salsa, pero también se pueden tomar trituradas, secas o tostadas como condimento. Está constituida por un 67 por ciento de grasas y aporta carbohidratos, proteína vegetal, vitamina C, B6 y minerales esenciales como el sodio, fósforo, potasio y calcio. Las semillas de mostaza ayudan a tratar los síntomas de la hipotensión y los problemas digestivos.

Comino
Una especia muy conocida con un sabor muy particular, que puedes usar en diferentes guisos entera o molida. Tiene propiedades antioxidantes y antinflamatorias, es una importante fuente de hierro y a neutralizar los gases. El té de comino es muy efectivo en las dietas de adelgazamiento.

Semillas de sésamo
Más allá de adornar los panes de hamburguesas, las semillas de sésamo tienen mucho más tarea en la la cocina, tanto para espolvorear sobre las ensaladas, como para elaborar pan o repostería, entre otras cosas. En cuanto a sus propiedades, el sésamo es una fuente importante de calcio, lo que fortalecerá tus huesos, regula el colesterol y es antioxidante.

Semillas de chía
Hace ya un tiempo que se puso de moda por aportar proteínas de rápida digestión y aminoácidos esenciales, además de de fibra. Ojo, porque como muchas de sus compañeras semillas también es calórica... Si quieres probar las semillas de chía puedes simplemente añadir una cucharada a tus yogures o batidos y utilizarlas como aderezo 'crunchy'.

Semillas de hinojo
Grandes conocidas por sus efectos beneficiosos en el aparato digestivo y también por sus propiedades antiinflamatorias. Para cocinar o en infusión no sólo aporta ese sabor anisado también es un gran aliado para mantener tu abdomen plano, combatiendo al estreñimiento.

Semillas de lino
¿Tienes problemas de colesterol? Las grasas buenas del lino son tu baza para combatirlo, ya que constituyen una buena fuente vegetal de omega-3. También mejoran el tránsito intestinal y poseen propiedades antioxidantes y estrogénicas. Se tuestan y se muelen para ser usadas como condimento, y enteras puedes espolvorearlas sobre cualquier plato. ¡No faltan en panadería!

Semillas de fenogreco
Quizá no te suene demasiado, pero debes probarlas. Pertenecen a las leguminosas y contienen más proteínas que otras semillas, además de vitaminas y minerales. También es un reequilibrador hormonal, beneficioso durante la menopausia y el síndrome premenstrual, y actúa como protector de estómago. Molidas se emplean en panadería y también se pueden cocinar remojándolas previamente, como si fuera sémola. Las semillas de de fenogreco como condimento en vinagretas son muy apropiadas.

Semillas de uva
Por mucho que a algunos les molesten las pepitas a la hora de comerse las uvas de Nochevieja, lo cierto es que aportan muchas cosas buenas al organismo. Son poderosamente antioxidantes y antibacterianas y además ayudan a que el pelo crezca más rápido y más fuerte. Con las semillas de uva se puede elaborar aceite e incorporarlas como ingrediente estrella de diferentes aderezos.
