La isquemia es la falta de aporte sanguíneo a un territorio que impide la correcta llegada de oxígeno y nutrientes a las células. Se puede traducir, entre otras cosas, en un infarto o ictus. Se debe a la obstrucción de una arteria por un trombo (ruptura de una placa de ateroesclerosis) o por una embolia (migración de un coágulo desde otro lugar).
Los pacientes más propensos a sufrirla son aquellos que padecen los principales factores de riesgo cardiovascular: hipertensión arterial, hipercolesterolemia, diabetes mellitus, tabaquismo, sobrepeso y sedentarismo.
Además, algunas arritmias pueden causar coágulos. Existen otros factores, como los hormonales: con la caída de estrógenos en la menopausia, el riesgo aumenta y los anticonceptivos orales también favorecen los trombos.
Consejos para evitar la isquemia
- Controla tu colesterol. Evita las grasas saturadas y sustitúyelas por poliinsaturadas (aceite de oliva, frutos secos, aguacate, etc.). Come pescado al menos 2 veces a la semana y 5 piezas de fruta o verdura al día.
- Vigila tu presión arterial. Reduce el consumo de alimentos procesados como carnes y pescados curados o ahumados, quesos, conservas y salsas, además de bebidas energéticas y a base de cafeína. El café en cantidades pequeñas ha demostrado beneficios cardiovasculares.
- Prevén la diabetes. No consumas azúcares refinados ni abuses de bollería, sobre todo la industrial. Consume pan integral y/o con semillas.

- Mantente en tu peso y no seas sedentaria. No olvides que, aunque estés es tu peso ideal, también debes moverte. Realiza ejercicio aeróbico (caminar, correr, nadar, bicicleta) con una intensidad moderada y de manera regular (30 minutos, 3-5 veces por semana). No hace falta llevar tu corazón al límite, incluso gestos cotidianos pueden tener beneficio: cuando vayas a llamar al ascensor, considera antes subir por las escaleras.
- No fumes. Si lo haces, nunca es tarde para dejarlo. Existen programas de deshabituación.
- Controla el estrés y cuida tus hábitos del sueño. Practica técnicas de relajación (yoga o mindfulness).
- Presta más atención a tu corazón a partir de la menopausia, especialmente si se produce antes de los 45 años.
- En definitiva, lleva una vida saludable, sigue una dieta equilibrada (la mediterránea es el mejor ejemplo) y muévete.