No existe una definición científica de lo qué es realmente un superalimento. En general se considera como tal a ciertos alimentos exóticos desconocidos para la mayoría que poseen importantes beneficios para la salud. Normalmente son ciertas semillas, productos en formato polvo o desecados que se añaden a recetas como batidos, zumos o ensaladas. En torno a estos ingredientes siempre ha existido bastante controversia, pues mientras hay quien los considera una simple moda, para otros son verdaderas bombas de salud.
Los superalimentos no son alimentos nuevos, sino que muchos de ellos forman parte del recetario habitual de otros países, pero el creciente interés por la vida saludable ha conseguido acercárnoslos. Estos ingredientes que podríamos denominar los superhéroes de la alimentación poseen un montón de propiedades, pero los expertos no se cansan de insistir en que no deben ser los protagonistas de nuestra dieta, sino que deben ser compartidos con el resto de productos tradicionales, pues muchos de ellos carecen de ingredientes esenciales. No son la panacea y en ningún caso deben servir para compensar los desequilibrios provocados por una mala dieta.
Las altas cantidades de antioxidantes, grasas saludables, vitaminas y minerales presentes en ellos es lo que hace tan interesantes a los superalimentos. Sin embargo, ninguno de ellos por sí solo tiene la capacidad de prevenir ninguna enfermedad, pues no son milagrosos. Según los expertos, lo más importante es seguir una dieta equilibrada basada en las legumbres y las verduras, además de la práctica del ejercicio físico y el descanso.
Muchos de estos considerados superalimentos tienen la particularidad de que son fáciles de preparar, pues vienen en polvo o triturados listos para usar, por lo que se conservan durante bastante tiempo. Además, se suelen utilizar en pequeñas cantidades debido a su alta concentración. Son crudos, con lo que por lo general, no necesitan cocinarse (aunque puede hacerse). No contienen colesterol, ni gluten, tampoco están manipulados genéticamente y suelen proceder de la agricultura ecológica. Y, por supuesto, nada de aditivos. Seguro que ya estás familiarizada con muchos de ellos, que se han puesto de moda en los últimos años. La chía es uno, pero en la larga lista de alimentos de moda también caben las bayas de goyi, la quinoa o la espirulina. Te contamos cuáles son los nuevos superalimentos que vienen pisando fuerte y todo lo que tienes que saber sobre ellos.
Fonio
Este cereal originario de África y algunas zonas de la India está ganando mucha popularidad en los últimos años como uno de los superalimentos más completos. El fonio contiene más vitaminas y minerales que otros cereales como el arroz, además de vitaminas B1, B2 y minerales como el hierro, fósforo, calcio y zinc. Por si fuera poco, su contenido en grasa es muy bajo. ¿A qué esperas para añadirlo a tu lista de la compra?
Moringa
La moringa es un verdadero tesoro gastronómico con infinidad de propiedades. De ella se dice que tiene más vitamina C que las naranjas, más calcio que la leche y más vitamina A que las zanahorias. Para que te hagas una idea, un estudio científico de la Universidad de Agricultura de Pakistán concluyó que 100 gramos de hojas de moringa contienen el 252% de vitamina A recomendada diariamente. Las hojas de moringa tradicionalmente se consumen crudas, pero también pueden consumirse hervidas o convertidas en polvo, un método que permite conservar sus propiedades durante más tiempo.
Ruibarbo
El ruibarbo es originario de Asia, donde se lleva usando muchos años como planta medicinal. En nuestro país no es muy consumida, pero sí lo es en Estados Unidos e Inglaterra. Aunque muchos creen que es fruta, el ruibarbo es un vegetal de la familia del apio con un alto contenido en fibra. Además de beneficiosa para el sistema digestivo, también lo es para los huesos y para las neuronas gracias a su contenido en vitamina K.
Bimi
El bimi, más conocido como el superbrócoli, es una de las verduras más saludables que existen, y es que ninguna puede superar a sus muchas propiedades. Contiene mucho calcio y tanta vitamina C como varias naranjas. Además, tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, y anticancerígenas, más incluso que el brócoli. En concreto, está comprobado que el bimi es bueno para prevenir los cánceres de colon, pulmón y estómago. Por si esto fuera poco, sus compuestos nutricionales son más fáciles de absorber por nuestro organismo que los del brócoli, la coliflor o la col.
Amaranto
El amaranto es un vegetal no muy conocido, pero con grandes beneficios nutricionales que a menudo son comparadas con los de la leche. Posee un alto contenido en calcio, proteínas, fibra, hierro, potasio, vitaminas (C, B6 y vitamina K sobre todo) y minerales. ¿Sabías que 100 gramos de amaranto contienen el 15 % de los minerales que necesitamos diariamente? Por si fuera poco, también nos aporta aminoácidos y grasas polinsaturadas.
Chlorella
La chlorella es una de las mayores fuentes alimentarias de clorofila, sustancia que contribuye al buen funcionamiento del sistema inmune, ayuda a mejorar el estreñimiento, regula la presión arterial y limpia la sangre y el hígado. Su contenido en antioxidantes como el alfacaroteno o el ácido ascórbico convierte a este alimento en uno de los más interesantes a nivel nutricional, además de sus nutrientes como la vitamina B12 o la vitamina K.
Guanábana
La guanábana es una fruta tropical con excepcionales propiedades para la salud. Este alimento es una verdadera bomba de vitaminas, minerales y antioxidantes. Es rica en vitamina C (100 gramos de la pulpa contienen el 25% de la cantidad de vitamina C recomendada al día), vitamina B1, B2 y B6. Además es rica en minerales como el hierro, magnesio y potasio. La guanábana también posee un alto contenido de fibra, que contribuyen a un correcto funcionamiento del tránsito intestinal.
Algarroba
La algarroba es una leguminosa muy consumida en la antigüedad. En los últimos años se ha puesto de moda porque sus vainas pueden usarse como sustituto del cacao. Entre las muchas virtudes de la harina de algarroba, destaca su efecto prebiótico, ya que sus fibras ayudan a mejorar la flora intestinal fermentativa. Además, afirman ayuda a prevenir infecciones y problemas gastrointestinales, que su contenido en taninos la hace un alimento rico en antioxidantes, además de considerarse antiinflamatoria, saciante y ofrecer beneficios para la salud cardiovascular y del sistema renal.