A estas alturas, seguro que no te descubrimos nada nuevo si te hablamos de la dieta keto o cetogénica. Este plan de alimentación es uno de los más populares en la actualidad, y se basa en el consumo elevado de proteínas y grasas, restringiendo los hidratos de carbono. La dieta cetogénica, al igual que sucede con otras dietas, debe realizarse siempre bajo la supervisión de un profesional y con una adecuada planificación. De lo contrario, es probable que esté mal realizada, con todo lo que eso supone para la salud.
La dieta keto consiste en comer alimentos ricos en grasas y proteínas (y sí, también puedes ingerir determinados lácteos).De este modo, forzamos al cuerpo a utilizar las grasas como fuente de energía, pues no dispone de la glucosa e insulina que suele obtener de los carbohidratos. Este proceso se conoce como cetosis, es decir, exceso de cetonas en la sangre a consecuencia de la utilización de las grasas. Para lograr la cetosis, el consumo de hidratos de carbono debe ser inferior a 50 gramos al día.
Los efectos negativos de hacer mal la dieta keto
Si te has planteado seguir esta dieta para perder peso, tienes que saber que hay una serie de efectos secundarios que tu cuerpo puede experimentar tras empezarla. Una dieta keto mal planificada puede dar lugar a la cetoacidosis, o lo que es lo mismo, la acumulación excesiva de cuerpos cetónicos en el organismo. Cuando se lleva a cabo este plan de alimentación, la cetosis ha de ser controlada. De lo contrario, puede producirnos acidificación de la sangre, así como desequilibrios de agua y electrolitos.
Si bien la cetoacidosis no suele ser un efecto secundario frecuente, puede ocurrir si tenemos el metabolismo acelerado y producimos cuerpos cetónicos en exceso. Otra de las causas de dicho efecto secundario es la incorrecta eliminación de los cuerpos cetónicos a través de la orina, motivo por el cual es recomendable ingerir la cantidad adecuada de líquidos.
La dieta keto puede ser insana si no sabemos cuáles son los mejores alimentos para seguirla. Podemos cumplir la premisa de reducir al máximo los carbohidratos y, aún así, estar comiendo muy mal. Por ejemplo, a base de ultraprocesados o alimentos ricos en grasas saturadas y sodio, perjudiciales para la salud. Carnes grasas, fritos y alcohol pueden provocarnos una carencia de vitaminas y minerales, además de un estreñimiento marcado.
También puede derivar en una alteración de los lípidos en sangre, o bien acrecentar problemas hepáticos si previamente los padecíamos. Por eso, resulta de crucial importancia seleccionar muy bien los alimentos que vamos a priorizar en la dieta keto. Y, por supuesto, contar con la ayuda de un profesional de la salud que nos guíe y asesore en todo momento.
Es cierto que muchas personas han experimentado resultados positivos en términos de pérdida de peso al seguir la dieta keto. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todo vale cuando se trata de perder peso. La salud debe ser la principal prioridad en cualquier plan de pérdida de peso, y la dieta keto no es una excepción.
Uno de los principales riesgos de la dieta keto es que puede ser demasiado restrictiva y desequilibrada. Al eliminar grupos enteros de alimentos, como los carbohidratos, se corre el riesgo de no obtener todos los nutrientes esenciales que el cuerpo necesita para funcionar correctamente. Esto puede provocar deficiencias nutricionales, desequilibrios hormonales y problemas de salud a largo plazo.