
13 ideas deliciosas para incluir la avena en tu dieta
La avena está considerada un superalimento por sus excelentes propiedades nutricionales. ¿Sabes cómo incluirla en tu dieta? ¡Hay vida más allá del porridge!
Estamos en un gran momento para disfrutar de la rutina y la estabilidad de horarios. También una época ideal para retomar los hábitos saludables en tu estilo de vida y, por supuesto, también en tus comidas. Carolina Vives, tecnóloga de alimentos de Quaker, nos enseña cómo incorporar en la dieta uno de los cereales más completos que hay: la avena.
Y es que la avena es un alimento versátil y muy saludable, ideal para usar como ingrediente base o como complemento en cualquier tipo de receta, lo que nos permite beneficiarnos de sus propiedades nutricionales y darle un toque diferente a nuestros platos.
¿Por qué la avena es tan saludable?
Su base la componen hidratos de carbono complejos, que aportan energía poco a poco y durante más tiempo que los simples. También es rica en proteínas y las grasas que contiene son en su mayor parte insaturadas, es decir, grasas buenas.
Aporta un alto contenido en fibra (9g/100g) que, junto al resto de nutrientes que la componen, puede ayudar a prevenir alteraciones como el estreñimiento, la diabetes o el sobrepeso, además de ayudar a reducir el colesterol en sangre.
El problema surge en que, a veces, no sabemos cómo incorporar la avena en el día a día. Si no es un cereal que consumas habitualmente, puede que te falten ideas para usarlo y al final termines con una caja ahí olvidada en la despensa. Además del clásico porridge y las tortitas, hay un sinfín de posibilidades para sacarle partido a este cereeal.
Carolina nos enseña algunas ideas para utilizar la avena en multitud de recetas que podemos tomar durante todo el día. Y, por supuesto, nos recuerda que siguiendo una dieta equilibrada y haciendo ejercicio de forma habitual, podremos sentirnos mejor y disfrutar el día a día con energía y determinación.
Desde las preparaciones más clásicas y conocidas como las galletas o barritas de avena, hasta algunas mucho más originales como rebozados, en batidos e, incluso, tomada con agua. ¡Hay muchas más opciones de las que imaginas! No te pierdas todas estas deliciosas y nutritivas propuestas.

Una buena forma de comenzar a tomar avena es incorporarla como complemento a tus platos. No hace usarla en platos complicados ni hacer mil experimentos en la cocina. Basta con añadir un poco de avena a un tazón de leche o al yogur que tomarás de postre.

El porridge es una opción rápida y sencilla para el desayuno. Solo hay que mezclar los copos de avena (1 ración equivale aproximadamente a unos 40 gramos) con leche o agua, calentarla unos minutos sin dejar de remover y condimentarla al gusto con canela, fruta, frutos secos, miel, cacao, mermelada o lo que te apetezca.

O el llamado “overnight”, es un porridge que se prepara sin fuego. Solo tienes que dejar la avena con leche o agua toda la noche en la nevera y estará listo para el desayuno. En verano se puede tomar frío y en invierno dar un toque de microondas para que se temple.

Una alternativa sencilla y cada vez más popular. Solo tienes que coger una taza de avena, añadir la cantidad de agua que desees y batir la mezcla hasta obtener una textura homogénea.
Adicionalmente puedes añadir un toque aún más original añadiendo unas gotas de limón, una ramita de canela o jengibre al gusto. Tendrás una bebida saludable, deliciosa y nutritiva.

Simplemente con una batidora podemos preparar fácilmente y, en tan solo unos minutos, batidos y smoothies sabrosos y muy ricos en nutrientes. ¡Recuerda añadir tu “granito” de avena cuando hagas el tuyo!

Sabemos que hay mil maneras distintas de hacer una ensalada, y eso es gracias a que todas las combinaciones de ingredientes son posibles. ¿Por qué no convertir la avena en uno de ellos? Échale imaginación y prepara la versión que más te guste, añadiendo copos de avena en cualquier ensalada.

Añade unos copos de avena al pan rallado que vayas a usar para tus rebozados y harás que sean más sanos y ¡sin perder el sabor! Si ya lo rematas cocinándolos al horno, ahorrarás muchas calorías y tendrás un plato bajo en grasas.

Prepara unas deliciosas galletas de avena caseras (nada que ver con las comerciales) donde controlarás la cantidad de azúcar (y el tipo de endulzante que usas), los aromatizantes (canela, pepitas de chocolate, nata), las grasas (mantequilla, aceites vegetales…) y que estarán de vicio. Otro tentempié sano y delicioso.

Es totalmente adictiva y sana ya que solo lleva avena, un poco de miel y los frutos secos que más te gusten. Hacer granola es sencillísimo: básicamente consiste en mezclar copos de avena con miel que habrás calentado y unos frutos secos, hornear todo para que se dore y luego trocearlo para que queden trozos de diferentes tamaños. Sin más ni menos, en bien poco tiempo consigues unos cereales saludables y deliciosos, ideales para tomar en el desayuno o usar para dar vidilla a un yogur.

La avena es un ingrediente ideal para condimentar postres. Una buena opción es añadir avena en cualquiera de ellos, haciéndolos más consistentes y originales: helados, sorbetes, yogures, flanes, natillas… Incluso un buen plato de fruta cortada con avena por encima es un postre delicioso.

La mayor parte de barritas de cereales que compramos son en realidad azúcar con más azúcar y prácticamente sin ningún beneficio nutricional.
Para hacer esta receta en casa solo tienes que mezclar avena con pasas o dátiles que habrás triturado muy bien (que harán de amalgama), frutos secos triturados y un poco de avena molida, mezclar todo con un poco de miel hasta conseguir una mezcla que compacte bien y colocar en un recipiente, prensar bien y dejar enfriar en el frigorífico para que solidifique. Trocear formando barritas y ¡perfectas para tomar como picoteo sano de media mañana o media tarde!

Sustituye una parte de la harina de tu receta de bizcocho o de magdalenas favorita por avena en polvo. También puedes añadir como extra una cucharada o dos de copos de avena a la masa para darle un toque especial. ¡El resultado te encantará!

Los días de frío son perfectos para tomar cremas y sopas. Dales un toque de textura muy interesante a estos platos añadiendo un poco de avena cuando las estás calentando. ¡Triunfarás!