
Mitos y verdades sobre las legumbres
Las legumbres son nutritivas, deliciosas y muy saciantes. Sin embargo, sobre ellas todavía existen ciertas falsas creencias que conviene desterrar.
Hay muchas razones para comer legumbres: son nutritivas, deliciosas, admiten mezclas variadas... ¡No hay motivos para no consumirlas! Este grupo de alimentos es tan importante que en 2016 se designó el 10 de febrero como el Día Mundial de las Legumbres. Los expertos recomiendan consumirlas de 2 a 4 veces por semana para beneficiarnos de sus muchas propiedades. Si todavía no lo haces porque sigues pensando que engordan, estás muy equivocada.
Que las legumbres engordan es solo uno de los muchos mitos que circulan en torno a este grupo de alimentos. No, las legumbres no aportan grasa, pero sí lo hacen los añadidos que sueles añadir a este plato, como chorizo, morcilla o tocino. Es decir, que por sí mismas no engordan. Hay quien, además, cree que no aportan nutrientes importantes, lo cual es rotundamente falso. Las legumbres son una bomba nutricional, pues nos aportan, entre otras cosas, proteínas vegetales. Por ejemplo, 100 gramos de lentejas crudas contienen aproximadamente 25 gramos de proteínas. Son, por tanto, un estupendo alimento para veganos.
Su riqueza en fibra es otro de los puntos fuertes de las legumbres, que constituyen un estupendo alimento para cuidar la salud digestiva y controlar el colesterol, gracias a su elevado contenido en esta sustancia vegetal. Por si fuera poco, son una estupenda fuente de hierro, lo cual las convierte en ideales para prevenir la anemia. Eso sí, recuerda que para mejorar la absorción de este mineral se recomienda combinarlas con alimentos ricos en vitamina C. En su composición encontramos altas cantidades de vitamina B, micronutriente muy valorado por su papel a la hora de mantener en buen estado el sistema nervioso, entre otras cosas.
¿Otros puntos a favor? No contienen gluten, por lo que celíacos e intolerantes pueden consumirlas sin problema. Además, son uno de los alimentos que más aguanta en la despensa sin estropearse. No tienes motivos para no añadirlas a tu dieta, pues son un alimento con infinidad de beneficios. Sin embargo, todavía circulan muchos mitos alrededor de ellas. Te contamos cuáles son las creencias más arraigadas y qué hay de cierto en ellas.

Una de las creencias más extendidas sobre este grupo de alimentos es que engorda. Normalmente, las legumbres forman parte de platos bastante contundentes a los que se añade chorizo, tocino o morcilla, ingredientes muy calóricos y grasos. Sin embargo, si suprimimos estas carnes y nos moderamos con la cantidad de la ración, no tienen por qué engordar.

Si bien es cierto que carne y legumbres aportan altas cantidades de hierro, en cada caso se trata de un tipo distinto de este mineral. Las legumbres aportan hierro no hemo, que el organismo aprovecha en menor cantidad (solo el 10%). Por su parte, la carne contiene hierro hemo, del que el organismo asimila el 30%.

Cuando pensamos en este grupo de alimentos, a todos se nos viene a la mente la típica imagen de una olla de lentejas a fuego lento que tarda horas en prepararse. Esto no siempre tiene por qué ser así, pues en el supermercado venden legumbres ya cocidas para que en solo media hora (y sin apenas esfuerzo) podamos disfrutar de unas deliciosas lentejas con verduras. ¡No hay excusas para no comer legumbres!

¡Rotundamente falso! Con las legumbres pueden prepararse un montón de platos deliciosos, más allá del típico guiso. Por ejemplo, unas lentejas con bacalao, unas habas salteadas con huevos rotos o una hamburguesa de garbanzos.

Las legumbres no son indigestas, esto es una falsa creencia muy extendida. Si son indigestas es porque añades alimentos muy grasos como tocino o chorizo, pero si prescindes de ellos no tendrás ningún problema. Con respecto a los gases, esto tampoco tiene por qué ser así si pones en práctica estos sencillos trucos para evitarlo.

Las legumbres en conserva y las naturales aportan valores nutricionales muy similares. Eso sí, vigila el contenido de sal en las que vienen en conserva, especialmente si tienes problemas de hipertensión.