¿A quién no le gusta la pasta? Este delicioso alimento es uno de los preferidos por todos. Casi siempre optamos por su versión refinada (la blanca), pero hoy te vamos a dar varios motivos por los que querrás pasarte a la integral. Básicamente, esta última es mucho más saludable que la pasta convencional pues aporta un mayor porcentaje de fibra, además de vitaminas y minerales. Y sí, también es menos calórica.
La pasta blanca de toda la vida está elaborada con harina de trigo, a la que retiran el germen y el salvado. ¿El resultado? Un alimento con menos fibra y nutrientes. Por tanto, para digerir correctamente este tipo de pasta, el cuerpo necesita utilizar vitaminas y minerales procedentes de otros alimentos. Por el contrario, la pasta integral sí conserva el germen y el salvado, resultando un alimento mucho más saludable y nutritivo. Además, tiene un mayor poder saciante, pues contiene más fibra, lo cual la hace perfecta también para cuidar nuestro sistema digestivo.
Otro punto a favor de la pasta integral es que aporta una mayor cantidad de vitamina B, proteína, hierro, magnesio, zinc y carbohidratos que la pasta blanca. Aunque estos últimos tienen mala fama, lo cierto es que este macronutriente es esencial para el buen funcionamiento del organismo. Su contenido calórico es menor, y es que 56 gramos de pasta integral (es decir, una ración) aportan 120 calorías, mientras que la pasta refinada aporta 200 en esta misma cantidad, siempre y cuando elijas una salsa que no sea demasiado grasa. Según apuntan diversos estudios científicos, los carbohidratos refinados disparan los niveles de insulina, pues se digieren mucho antes que los carbohidratos complejos. Además, no llenan tanto como los complejos, por lo que seguramente comerás más, lo que puede provocar obesidad y otras enfermedades relacionadas.
A continuación te resumimos los 5 motivos por los que deberías pasarte a la pasta integral. Si bien la pasta refinada está más rica, la pasta integral también puede ser un plato realmente delicioso si sabemos cómo darle vidilla. ¿Necesitas ideas? Te damos aquí algunas propuestas para cocinar con pasta integral que te harán amarla.
Tiene menos calorías
La pasta integral es menos calórica que la blanca. Mientras que la primera aporta 180 calorías por ración (56 gramos aproximadamente), la segunda contiene 200 en la misma cantidad de producto. Por tanto, si estás siguiendo una dieta de adelgazamiento, la pasta integral es mejor opción.

Aporta más fibra
Es un alimento que aporta mucha fibra, ya que la harina que se utiliza para elaborar la pasta integral sí lleva salvado y su germen, a diferencia de la pasta refinada. Esto se traduce en un mayor aporte de fibra en el caso de la integral. Por tanto, consumir este tipo de pasta nos brindará una mayor sensación de saciedad, además de ayudar a cuidar el sistema digestivo.

Gran aporte nutricional
La pasta integral aporta una mayor cantidad de vitamina B y E que la pasta blanca. Además, contiene magnesio, zinc, proteínas y ácidos grasos esenciales del germen, un gran antioxidante natural.

Es más saciante
La pasta integral promueve un pico de glucosa en sangre e insulina menor que su versión refinada. Esto reduce la probabilidad de padecer una hipoglucemia reactiva y hace que nos sintamos más saciadas durante más tiempo.

Aporta mucha energía
La pasta integral aporta hidratos de carbono complejos, que nos proporcionan mucha energía. Aquí tienes algunas ideas para la salsa, pero mejor escoge una que no contenga demasiadas grasas.
