Cromoterapia: cómo conseguir un hogar más acogedor según los colores del mobiliario o la decoración
¿Sabías que la elección de los colores con los que decoras cada estancia puede influir en tu estado de ánimo? Utiliza la cromoterapia para mejorar el bienestar de los que conviváis en la casa. Fíjate en las propiedades de cada tonalidad y sabrás cuál será la más adecuada para cada habitación.
La cromoterapia es una terapia alternativa basada en los colores que tiene la finalidad de lograr el equilibrio entre cuerpo y mente.
Hay toda una teoría sobre cómo los colores influyen en nuestro estado mental y la cromoterapia intenta aprovechar sus capacidades positivas para fomentar la calma y la inspiración.
Ya los antiguos egipcios creían en la capacidad de los colores como terapia para estimular o restringir emociones y energías.
Hoy en día, la terapia del color todavía se aplica para ayudar a sanar problemas como la ansiedad, el estrés o la depresión. El efecto de los colores en la mente y en el bienestar de las personas es de gran utilidad para decorar la casa.
Conocer estos efectos puede inspirarte a la hora de pintar las paredes de las diferentes estancias de tu vivienda e, incluso, en la elección de complementos decorativos. Descubre cómo conseguir un hogar más positivo y acogedor.
Rojo: energizante

Cortesía de Pexels.
El color rojo es perfecto para transmitir fuerza, energía y pasión, ayuda a alejar la negatividad en la casa. Este color te hace sentirte con más energía y estimula el cuerpo.
A las personas con propensión a la pasividad y decaimiento, les ayudará a estar más activas. Hay que tener cuidado de no excederse, porque puede crear ansiedad y nerviosismo.
Para la mayoría, el rojo resulta un color demasiado intenso para pintar todo el espacio. Sin embargo, es muy interesante como color de contraste combinado con tonos como el blanco.
Lo recomendamos en habitaciones destinadas a la actividad. Por ejemplo, puede ser un buen color para la cocina, donde hay movimiento y actividad.
Amarillo: antidepresivo

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En la cromoterapia, el amarillo es un color purificante, transmite alegría, entusiasmo y da claridad. Se asocia con la luz solar y la positividad. Es un color energizante que va de la mano con el optimismo y el buen humor.
Es adecuado para fomentar el trabajo, la comunicación y el equilibrio mental. Es un antidepresivo excelente, aunque hay que utilizarlo en su justa medida, porque, si no, puede provocar irritabilidad.
Por sus propiedades, es un tono adecuado para despachos, salas de estudio, oficinas... siempre combinado y en la proporción que te resulte agradable
Rosa: energía positiva

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Es un tono muy útil para hacer frente al dolor y la tristeza. Permite alejar los pensamientos negativos y potenciar los positivos. Ayuda a reducir y eliminar los problemas de agresividad y ansiedad.
En decoración, se ha asociado a una tonalidad femenina, ya que simboliza dulzura, inocencia, ternura y juventud. Es la máxima expresión del estilo romántico.
Utilizar este color en la decoración de interiores te hará sentir mejor y dejará que la energía positiva fluya. Combinado con el blanco, crea entornos luminosos y calmantes.
Además de en habitaciones infantiles, puede ser un bonito color para un vestidor o una habitación dedicada a tus aficiones, donde plasmar un estilo más personal y estiloso con ciertos toques románticos.
Naranja: fortalece la autoestima

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El tono naranja es otro color vigoroso e intenso, mezcla de rojo y de amarillo. Es un color extrovertido y desinhibido que ayuda a desarrollar la personalidad, por lo que es una tonalidad perfecta para fortalecer la autoestima.
Representa el entusiasmo, combate la pereza, el agotamiento y fortalece la acción. Potencia la creatividad, la comunicación y la salud mental. Un exceso puede propiciar agitación y nerviosismo.
Sus cualidades son similares a otros colores luminosos y energizantes, por lo que, en decoración, puedes usarlo en aquellas estancias donde realices actividad y debas estar particularmente atenta y despierta.
Podría ser un color interesante para la cocina o para una zona de estudio o despacho. Como en los casos anteriores, aplícalo en la proporción que te resulte atractiva.
Azul: relajación y calma

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En cromoterapia, el azul simboliza al cielo, el pensamiento abierto, y sugiere meditación para superar los momentos de estancamiento mental.
En terapia de color, este tono está indicado para superar el exceso de estrés, el agotamiento y el insomnio, ya que es un calmante natural.
Matizado con gris, es un color de tendencia en decoración. Muy apto para lograr ambientes neutros y originales. Nuestra sugerencia es utilizarlos en los espacios donde quieras estar más relajada y tranquila, como en el dormitorio o en el baño.
Otra variante del azul es el tono eléctrico o intenso, con propiedades totalmente diferentes. El azul profundo es un color que da mucha personalidad a un espacio, por lo que resulta muy interesante en una pared de acento. Incluyendo solo un paño de pared en este tono, darás a la estancia una personalidad sofisticada y contemporánea.
Negro: elegancia

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El negro es un color elegante y sofisticado. Culturalmente, se asocia al dolor y al misterio. La cromoterapia lo ve como un tono que transmite confianza y seguridad.
En decoración, el negro es un color muy usado cuando se quiere crear ambientes con personalidad y estilo. Su combinación con el blanco consigue decoraciones impactantes y atemporales.
Ahora, el negro es un color de moda en cocinas y también puede utilizarse combinado con el blanco en todo tipo de espacios, como en dormitorios o recibidores.
Verde: armonía

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El verde es un color vinculado a la naturaleza y tiene la cualidad de generar armonía. En cromoterapia, está relacionado con el equilibrio y la estabilidad emocional.
En terapia de color, se aconseja este tono como sedante, porque tiene la capacidad de tranquilizar tanto en lo físico como en lo mental.
Su identificación con la naturaleza nos hace percibirlo inconscientemente como un color refrescante y tranquilo, lo que produce sensación de confianza y esperanza.
En decoración, el verde crea ambientes armoniosos y equilibrados. Puedes usarlo para decorar dormitorios por su capacidad de transmitir calma y tranquilidad.
También es un buen tono para salones o espacios donde ver la televisión o relajarte leyendo un libro. Combinado con plantas, potencia esa sensación de bienestar que se espera al llegar a casa.
Blanco: pureza y luz

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Es el tono neutro que combina con todo. En el blanco, prevalecen las emociones positivas frente a las negativas. La cromoterapia lo asocia con la energía positiva, la pureza, la alegría y la paz.
Aporta serenidad y calma, por su carácter neutro. Tiene cierto efecto psicológico que permite la evasión de la realidad y la expansión de la mente.
En decoración, el blanco aporta luminosidad y genera mayor profundidad en los interiores. Es el color comodín por excelencia, ya que puede utilizarse en todas las estancias de la casa.
Cuando no sepas con qué color pintar, resulta una solución excelente, porque te ofrece un fondo neutro sobre el que puedes dar pinceladas de color en complementos, textiles o mobiliario. El blanco te permite crear puntos focales con un color más intenso o papel pintado.
Violeta y púrpura: espiritualidad y pensamiento analítico

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En cromoterapia, estos colores tienen un gran potencial relajante que actúa contra la depresión y la ansiedad. Tradicionalmente, se ha identificado el violeta y el púrpura con la espiritualidad y la intuición.
Es un tono que estimula el pensamiento analítico y la reflexión, lo que ayuda a combatir el nerviosismo, la cólera y los miedos. También a tratar problemas de insomnio y a eliminar toxinas.
Por todo ello, son buenos aliados para los dormitorios, especialmente en sus tonos más pasteles, como el malva, que genera ambientes tranquilos, románticos y muy personales.
También pueden ser muy apropiados para habitaciones de esparcimiento o manualidades. Incluso para un rincón de estudio o trabajo.
Del crema al marrón: los colores de la tierra

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Dicen los expertos en cromoterapia que el marrón transmite credibilidad y estabilidad. Asociado ancestralmente a la naturaleza, es el color del suelo y de todas las cosas terrenales. Asimismo, el marrón es acogedor, da calidez y apacigua los ánimos.
En decoración, sus versiones más suaves, como el crema o beige, se usan mucho. Son tonos neutros por excelencia que pueden aplicarse a todas las estancias de la casa.
Nos permiten combinar muy bien y admiten pinceladas de color más atrevidas en los complementos. Sus tonalidades suaves y luminosas contrastan con tonos más intensos, como el marrón o el anaranjado.
El salón del comedor es una pieza que se presta a este tipo de tonalidades. Estos colores nos proporcionan sensaciones acogedoras y confortables. También son tonos muy recomendables para dormitorios por su calidez.