El bocadillo nos lo podemos llevar a cualquier parte, es fácil y rápido de hacer, no hacen falta cubiertos para comerlo y nos permite muchísimas opciones para el relleno, aunque sea precisamente ese relleno el que, muchas veces, nos juegue malas pasadas.
A la hora de escoger los ingredientes de nuestro bocadillo, es importante tener en cuenta que la mejor forma de acertar con las combinaciones de sabores es probando. Ensayo – error, esa es la clave. Sin embargo, sí es conveniente tener en cuenta algunas premisas básicas para acertar al hacer un bocadillo.
Es importante saber que si caemos en el error de poner muchos ingredientes mezclados y acompañarlos de salsas es fácil que no podamos apreciar y disfrutar los sabores. Muchas veces, es mejor apostar por dos o tres ingredientes que mariden bien y apreciar la combinación de sus sabores.
También hay que valorar el tipo de pan, ya que influye en el contenido del bocadillo: es decir, si queremos utilizar un relleno de alimentos más cremosos es mejor apostar por tipos de pan más blandos. Si vamos a añadir una importante cantidad de salsa, lo ideal es utilizar un pan más duro y crujiente para que no se ablande tanto.
El bocadillo es un alimento de tradición, que evoca recuerdos de la infancia, desde el tradicional pan con chocolate a los bocatas de fiambre que nos preparaban en casa al salir del cole o el que nos bajaban nuestros padres al parque para merendar mientras jugábamos.
Los bocadillos pueden ser una opción gourmet perfecta, solo hay que apostar por rellenos de alimentos más sofisticados, por ejemplo, ¿quién dice que las gulas no se pueden comer en bocadillo, por ejemplo? ¿Y por qué no puede ser una buena forma de comer verduras como los espárragos, la berenjena o el calabacín meterlas en un bocadillo? Son opciones deliciosas y perfectas.
El bocadillo, lejos de ser una opción “cutre” o pasada de moda, es un recurso gastronómico que ofrece muchas posibilidades y que puede reinventarse de miles de formas. Además, se trata de un alimento mundialmente conocido y consumido, por lo que valorar las posibilidades que nos ofrece es la mejor manera de no desaprovecharlo.
Colocar los ingredientes
Debemos tener en cuenta que verduras como la lechuga y el tomate suelen resbalar con más facilidad y salirse del bocadillo al dar un bocado. Por eso, conviene colocarlas más cerca del borde superior, por el que mordemos.

Secos y húmedos
Para evitar que la tapa superior del pan se quede blanda y de textura gomosa, es mejor colocar los ingredientes secos en la parte de arriba y los húmedos como las verduras en la capa inferior.

Carne en trozos
Si vamos a meter un filete de carne o lonchas grandes de embutido, una buena idea es cortarlos en trozos, ya que de esta manera será más fácil morder y no corremos el riesgo de morder y tirar, haciendo que se descoloquen todos los ingredientes.

Ojo con las salsas
El presentador de TV Dan Pashman, tiene un libro, Eat More Better: How to Make Every Bite More Delicious (Simon & Schuster), en el que da consejos para comerse un bocadillo sin acabar pringado y sin que los ingredientes se salgan por todas partes. Uno de sus trucos es dejar las salsas mejor aparte y mojar el bocadillo, así evitamos que los alimentos resbalen y se caigan o que la salsa se salga.

Cantidad de salsa
Si nos decantamos por poner la salsa en el interior del bocadillo, cosa que es más habitual, lo ideal es elegir poca cantidad, la justa para que aporte sabor y se fusione con el resto de ingredientes sin llegar a desbordarse por los lados y por abajo.

Queso
El queso es un ingrediente muy popular al hacer un bocadillo. Se pueden utilizar muchos tipos de queso, desde el manchego a los típicos tranchetes y al elegirlo debemos tener en cuenta qué otros ingredientes vamos a utilizar para nuestro bocata. Por ejemplo, si queremos un bocadillo clásico de queso y aceite, es mejor apostar por un buen manchego. Otra opción es recurrir al queso fundido para fijar los ingredientes y que no resbalen, además de aportar un delicioso sabor a nuestro bocadillo.

Tipo de pan
Un bocadillo puede hacerse con diferentes tipos de pan. Si escogemos un pan más duro y que cueste más morder, debemos afinar el tiro a la hora de elegir ingredientes que no resbalen de nuestro bocadillo. Además, debemos elegir el tipo de pan en función de los ingredientes: por ejemplo, un pan crujiente para un bocadillo de tortilla o de carne y uno más blando para bocadillos con ingredientes más cremosos. Si vamos a utilizar salsas es mejor un pan algo más duro, ya que las salsas reblandecen el pan.

Creatividad
Para hacer un bocadillo perfecto también hay que echarle creatividad. Hay bocadillos clásicos que no defraudan, como el de jamón y tomate o jamón y queso, pero en un bocadillo se pueden meter muchos tipos de ingredientes y dar como resultado un bocadillo más original o sofisticado. Por ejemplo, un bocadillo de verduras asadas y queso de cabra a la plancha o un bocadillo de alcachofas y pesto, por ejemplo.

A la plancha
Si queremos hacer un bocadillo caliente, ponerlo en la plancha es una buena idea, pero para evitar que se desmorone, lo mejor es prensarlo bien, poniéndolo en una sandwichera o colocando peso encima del bocadillo sobre la plancha. También es conveniente pincharlo con un palillo para sujetar mejor el contenido del mismo.

¿Todo vale?
Es cierto que todo nos parece que puede ser puesto en un bocadillo, sin embargo, hay combinaciones que no son la mejor idea. ¿Cómo puede saberse? La respuesta es sencilla: probando. Hay combinaciones de alimentos que, a priori, pueden parecer una locura, pero luego el sabor está bien, y al revés. Sin embargo, también hay combinaciones que ya de primeras prometen ser algo excesivas: por ejemplo, los alimentos rebozados y empanados pueden resultar pesados y hacer que al final no lo acabemos disfrutando tanto como creíamos. Los calamares rebozados, por ejemplo, son una buena opción, pero un bocadillo de filete empanado, a pesar de estar muy bueno, puede resultar bastante pesado, ya que estamos comiendo pan con filete rebozado en pan. Es un clásico, pero puede acabar cansando, por lo que lo más adecuado si nos decantamos por este relleno, es reducir el tamaño del bocata a algo más “llevadero”.

No poner demasiados ingredientes
Un error muy frecuente la hacer un bocadillo es meterle gran cantidad de ingredientes, fiambre, verduras, queso, salsas…todo junto. El resultado es una masa en la que no podemos apreciar y deleitarnos con sabores concretos. Es un "batiburrillo" de sabores que alimenta, pero podríamos disfrutarlo más con una combinación más acertada de menos ingredientes.

No comerlo mucho tiempo después de hacerlo
Debemos tener en cuenta que si hacemos el bocadillo con mucho tiempo y lo dejamos envuelto, cuando nos dispongamos a comerlo probablemente esté el pan húmedo y de textura más “gomosa”. Siempre que podamos, lo ideal es hacerlo poco tiempo antes de comérnoslo.

El tamaño
¿De qué tamaño hay que hacer un bocadillo? Pues depende del gusto de la persona que se lo vaya a comer. Lo que sí hay que tener en consideración en este punto es que si hemos hecho un bocata bien cargado de ingredientes, nos cansaremos y saciaremos antes, por lo que es mejor hacerlo de un tamaño más reducirlo. Del mismo modo, si el pan de nuestro bocadillo es blando y fino, tipo baguette, se come con más facilidad que un pan más duro y crujiente, por lo que el tamaño también debemos elegirlo en función del tipo de pan. Un consejo que siempre debemos tener claro a la hora de hacer cualquier comida: no comer por los ojos y ser conscientes de que una cosa es verlo y otra comerlo.

Especias
Las especias son las grandes olvidadas en los bocadillos, sin embargo, combinan muy bien con determinados ingredientes, por ejemplo, el lacón con pimentón es una buena opción, el curry también es perfecto para un bocadillo de pollo con un toque picante, al igual que la pimienta negra molida.

Sándwich o bocadillo
Hay que tener en cuenta que no es lo mismo un sándwich que un bocadillo, por eso, la elección de los ingredientes hay que hacerla en base a esto. El pan de sándwich se humedece y se ablanda con más facilidad. También es más blando, por lo que se desmorona más fácilmente.
