Hay muchos motivos por los que un ser querido puede necesitar consuelo. Puede ser debido a una pérdida, un problema económico o laboral, una grave discusión con alguien importante o, simplemente, una mala racha en la que se juntan pequeños baches y de la que cuesta salir. En todos y cada uno de esos casos, esa persona no solo necesita un hombro sobre el que llorar.
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Inma Coca
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Blanca Campos
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Ana Suárez de la Fuente